jueves, marzo 28, 2024
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Humor talibán

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Sabíamos que existía el humor amarillo porque antes lo ponían en la tele los sábados pero lo que ignorábamos es que los radicales Hermanos Musulmanes de Egipto tuvieran sentido del humor, (personalmente lo sigo dudando). A estas alturas el singular personaje de «El loco de la colina», ese tipo entrañable conocido por «El Risitas» ha prestado su imagen a una campaña para ridiculizar a ex líder del ejército Al Sisi, y no es ninguna broma.

La sección creativa de los Hermanos Musulmanes, (esos tipos serios con bigote estándar), ha cogido de Youtube un vídeo en el que El «Risitas» le cuenta a Quintero sus desventuras como camarero en un chiringuito de Chipiona, por supuesto le han puesto los subtítulos que les ha parecido y ya es un fenómeno viral que se ha colado hasta en la programación de Al Yazira, todo un despropósito. Vuelvo a dudar del sentido del humor de esa formación intransigente que desearían crear califatos islámicos en los que la mujer y los no creyentes quedarían aislados de la vida pública. Y en esa guerra de truhanes se ha colado el bueno de El «Risitas» que solo aspira en la vida a tapear en condiciones por los bares del centro de Sevilla donde ya huele a Semana Santa. Podría Margallo ocuparse del asunto y explicarle al cómico que le han buscado una mala compañía para hacerse famoso en el mundo árabe.

El «Risitas» junto a su cuñado, el desaparecido «Peíto», forman parte de una lista de personajes intraducibles en los que hay que añadir al «Beni» de Cádiz, Antonio Garmendia o Juan Luis de Tarifa. Si hay humor que no se puede exportar es el suyo que está ligado al sur, a una manera de ver y narrar la vida, y a una capacidad de imaginación poderosa que los sitúa por encima de la media. Dicen que cuando el doctor Fleming visitó Cádiz se enfadó con El «Beni» porque le llamó «monstruo» como admiración y tradujeron «monster» como si fuera Godzila.

El «Risitas» entre tapa de boquerones fritos y montadito de melva canutera con mayonesa Musa ignora dónde le han metido porque el humor talibán tiene muy mal perder y nadie le garantiza que no saquen nuevos vídeos. Ya solo falta que el manager se vuelva loco y contrate unas galas para las presidenciales de mayo en Egipto. De ahí a la fama, o la casa de socorro, lo que quede más cerca. Las bromas son para gente que las sepa apreciar, nadie nos asegura que el cartel electoral de los Hermanos Musulmanes no sea El «Risitas» y en caracteres árabes impreso su reflexión más universal: «¡cuñao!».

Rafael Martínez Simancas

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