jueves, abril 25, 2024
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El bocado de Navarra

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En el proyecto de ensoñación nacionalista ideado por ese visionario que fue Sabino Arana, tanto del PNV como de lo que ahora algunos llaman la izquierda abertzale, que no es otra cosa que el brazo político de ETA, la Comunidad Foral de Navarra es una pieza clave que han estado intentando cobrarse sin conseguirlo desde el minuto cero de la transición política. Navarra sería junto a los tres territorios que conforman actualmente la Comunidad Autónoma Vasca -Álava, Vizcaya y Guipúzcoa- más tres provincias del sur de Francia -lo que los nacionalistas llaman Iparralde- esa Euskadi idílica y pastoril que en su día dibujó el fundador del PNV.

El anuncio realizado la pasada semana por el secretario general del Partido Socialista de Navarra, Roberto Jiménez, de presentar una moción de censura a la actual Presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina de UPN, que necesitaría para prosperar los votos de Bildu, la actual marca de ETA en el Parlamento Foral, es un paso de una trascendencia política enorme. Un paso que sin duda forma parte de esa «hoja de ruta» que la banda terrorista pactó en su día con Zapatero y que el actual Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, más por omisión que por acción, ha seguido sin querer modificarla.

Como es metafísicamente imposible pensar que ese paso dado por los socialistas navarros no contara con el placer de Rubalcaba, habrá que colegir que estamos ante la plasmación de una estrategia política de los socialistas que persigue varios objetivos: en primer lugar, desalojar de todos los sitios donde gobierna a la derecha, aunque para ello haya que pactar con gente tan poco recomendable como los de Bildu. En segundo lugar, el pacto en Navarra con la marca de ETA puede ser un preludio de lo que puede venir en el País Vasco tras las próximas elecciones autonómicas de 2016. Si la suma de los escaños que obtengan en esas elecciones Bildu, el PSE y si fuera necesario IU, ¿quién está en condiciones de asegurar que no harían una alianza para hacerse con el Gobierno Vasco que colocara a Arnaldo Otegui como próximo lehendakari en el sillón de Ajuria-Enea?

Pero sobre todo, si Navarra cae en manos de los amigos de ETA, estaremos ante un hecho mas que desmentiría esa afirmación tan falsa que repiten como papagayos los políticamente correctos: «ETA ha sido derrotada por el Estado de Derecho». Pues ¡menos mal! que ha sido derrotada pensamos algunos. De momento gobierna en la Diputación Foral de Guipúzcoa, en el Ayuntamiento de San Sebastián, en muchos otros Ayuntamientos del País Vasco y de Navarra; es la segunda fuerza política en el Parlamento Vasco y está a punto de alcanzar, gracias al PSOE, el poder en Navarra. Con derrotas así, no hacen falta victorias.

Cayetano González

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