No es una tendencia nueva, pero sigue estando de moda. Las MILF –traducción literal del inglés, madres que me follaría– siguen copando los puestos más altos en las encuestas de las más deseadas del año. Al menos entre los colegas a los que encuesto sobre el tema, casualmente en uno de esos locales en los que abundan mujeres maduras que te abren su corazón, su casa y se abren de piernas en cuanto abres la puerta del local.
Es un placer sentirse deseado y notar que te desnudan con la mirada; me pone ser un hombre objeto ahora que estoy en esa edad absurda en la que ni soy un yogurín, ni estoy en mi plenitud sexual y todavía no me he convertido en un maduro interesante o silver fox (zorro plateado) como llaman las modernas a los seductores que peinan canas y cuyo máximo ejemplo es George Clooney.
Mientras paso el tiempo entre maduras, me pregunto por qué, un año más, los primeros puestos de las listas de las españolas más deseadas, están ocupados por las mismas tías buenas de siempre: Pilar Rubio, Penélope Cruz, Sara Carbonero, Amaya Salamanca, Elsa Pataky… ¡Me aburro!
Menos mal que el otro día me contaron que la exconcejala metida a famosa Olvido Hormigos ha protagonizado la portada de interviú más vendida del año; el año anterior, la medalla de oro de las más vendidas y deseadas se la llevó Terelu Campos. Ambas superan los 40 años, como Makoke Matamoros, otra de las cuarentonas que revolucionaron los kioskos cuando se desnudaron en la mítica revista española.
Son algunos de los nombres que se me ocurren, pero no quiero ni pensar lo que pasaría el día que Belén Rueda –la única actriz española que arrastra público al cine– o Ana Rosa Quintana –la más vista de las mañanas televisivas– se desvistan en interviú. ¡Revolución!
Propongo hacer un ranking de las maduras que más nos ponen o un grupo de Facebook de fans de las MILF españolas y pedirlas amistad… ¡y lo que surja!
Lo digo ahora que me he venido arriba al leer los resultados de una encuesta sexual que acaban de publicar: los hombres españoles somos los que mejor nos lo montamos en la cama, según las votaciones de miles de mujeres de todo el mundo en la web OnePoll.com. Y lo mejor de todo, para ellas, los peores amantes del mundo son los alemanes “porque desprenden demasiado olor”. ¡Jódete Merkel! Ahora entiendo muchas cosas…
El conde crápula