Los dos últimos fines de semana han traído a la familia socialista mejores noticias que en los dos últimos años, por lo menos. El anterior fue la Conferencia Política, que dio un buen impulso a la recuperación del partido en su conjunto. Y este fin de semana el consejo extraordinario del PSC ha clarificado para bien un problema que tenían enquistado en el engorroso planeta del soberanismo catalán.
El PSOE tiene acreditada una proclividad excesiva a emporcarla estúpidamente cuando mejor le van las cosas
Pere Navarro y su equipo han cosechado una decisiva victoria frente a los más proclives al coqueteo con los independentistas, lo que libera en gran medida al socialismo catalán de una ambigüedad que les venía perjudicando mucho a ellos y también a sus compañeros del PSOE global. El socialismo ha venido perdiendo mucha influencia y perspectivas electorales en Cataluña y este paso que acaban de dar sin duda les va a ser muy positivo para la recuperación anhelada. Los crecientes problemas internos y externos del PP -el último el gran desgaste de la huelga de limpiezas en Madrid- cooperan a ese nuevo clima socialista, lo mismo que las últimas encuestas electorales.
La encuesta de Metroscopia para las europeas arroja un empate técnico del PP y el PSOE, cuando todavía no podían notarse los efectos del nuevo clima socialista que comento. Eso quiere decir que a partir de ahora mismo es muy probable que el PSOE comience a despegarse de su eterno rival en las preferencias electorales de los españoles, teniendo además siempre presente la muy probable fórmula de alianza con la otra izquierda, que viene siendo ensayada en los últimos meses en Andalucía y en Asturias.
No se olvide, además, que los sustanciales baluartes electorales del PP en Madrid y Valencia (las dos comunidades autónomas y los dos Ayuntamientos capitalinos) se dan por derribados en multitud de sondeos nada sospechosos de partidismo adversario. Lo que ocurre es que el PSOE tiene acreditada una proclividad excesiva a emporcarla estúpida e irreflexivamente cuando mejor le van las cosas, además de cuando peor le van, y por eso su reto es conjurar en adelante esa especie de maldición que le persigue. Ellos verán.
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Pedro Calvo Hernando