jueves, marzo 28, 2024
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Rajoy y la tormenta interminable

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La comparecencia del presidente de Gobierno en el Congreso de los Diputados no ha puesto final a su calvario. Es sólo un punto de inflexión favorecido por la diáspora veraniega. Llegará septiembre y las baterías de la artillería de la oposición y de los medios de comunicación que no son incondicionales volverá a cargar contra la malherida credibilidad de Rajoy.

El PSOE ha tenido el acierto de establecer paralelismos entre Watergate y Bárcenasgate. El punto letal de conexión es la mentira. Hay consenso general en que si se demuestra que Rajoy mintió en el parlamento, tendrá que dimitir. De momento no ha mejorado su credibilidad ante la opinión pública. Los españoles no le creen y, probablemente, tampoco le perdonan. Su soledad no está acompañada ni por quienes le votaron.

Un buen barco, con un capitán avezado, puede navegar en la tormenta. Pero solo porque sabe que está terminará pronto y volverá la calma. La tempestad, en el caso que nos ocupa, no ha hecho más que empezar. No se puede navegar permanentemente en la tormenta.

La declaración de Álvarez Cascos puede ser motivo de consumación de su venganza contra Rajoy

Hay interrogantes que resultarán insoportables. ¿De quién es el dinero almacenado por Bárcenas en paraísos fiscales? ¿La Justicia española ha encontrado la totalidad del tesoro o faltan por inspeccionar otros caladeros opacos al fisco, como Panamá, Islas Caymán u otros? ¿Tiene Bárcenas conversaciones grabadas que puedan ser letales para el presidente?

Mariano Rajoy ha cambiado su versión varias veces. Del «nunca se podrá demostrar un delito» (en Luis Bárcenas) al «Sé fuerte, te entiendo» de los sms. Ya no tiene margen para nuevas correcciones. Del «creí a un falso inocente» no se puede escapar. Y palabra pronunciada desde la tribuna del Congreso es soga en el cuello de quien no dijo la verdad.

Ahora comienza la pasarela por el juzgado. Y hay quien dice que la declaración de Francisco Álvarez Cascos puede ser motivo de consumación de su venganza contra Mariano Rajoy. El exsecretario general del PP y exministro de Fomento no tienen mucho que perder si se hace el harakiri. Y quienes le conocen dicen que está dispuesto a sacar los mecanismos de financiación ilegal del PP.

Richard Nixon, que era un hombre vehemente pero sumamente inteligente, mintió para ganar tiempo cuando tuvo el agua al cuello. Los humanos, en situación límite, pueden mentir y hacer cosas mucho más oscuras. Porque lo importante, dice el dicho popular cubano, es «no morirse», solo estando vivo todo puede suceder y la muerte todo lo termina. Estamos hablando de vida y muerte política.

Rajoy sigue en el límite de la falta de credibilidad. Y pendiente solo de que no se demuestre que ha mentido. No creo que sean las condiciones adecuadas para gobernar un país. Y menos, un país en crisis. Septiembre puede ser un mes de infarto. Y los buitres de los mercados olfatean las situaciones límites de los gobernantes con una credibilidad de carroñeros.

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Carlos Carnicero

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