sábado, abril 20, 2024
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Límites y Pactos

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«No equivoquéis soberbia con claridad», afirmaba un diputado popular al término de la sesión del miércoles. Rajoy dejó bien claro que su política económica no estaba sujeta a pacto, que no caben más recetas que las por él empleadas y que, por lo tanto, en este terreno había poco o nada qué hacer en ese pacto reclamado, no se si por el PSOE, pero sí desde luego por Rubalcaba y su entorno más próximo. El Presidente hizo un listado de asuntos no menores en los que era posible el acuerdo que Rubalcaba no despreció.

Rubalcaba tuvo una puesta en escena cuidada y serena. Huyó de la enmienda a la totalidad a la acción del Gobierno para centrar sus esfuerzos en la necesidad del pacto por él reclamado. Rajoy dijo su última palabra en lo que a los límites de eventuales pactos se refiere y Rubalcaba enfatizó en ellos, quizás, como última estrategia. El lunes, la ejecutiva socialista ultimará el documento-guión que enviará a Moncloa, como paso previo a un encuentro que al menos buena parte de la bancada popular daba por hecho que se iba a producir y quizás antes de «que acabe este mes de Mayo».

Rublacaba está convencido de que su política es la acertada, que es antipática y difícil de mantener

Rajoy ha decidido enfrentarse solo y con su mayoría absoluta, que no es poco, a la situación más delicada que España ha vivido en muchos años. Está convencido de que su política es la acertada, que es antipática y difícil de mantener porque «oiga, a todos nos gusta caer bien». Pero él ha renunciado a «caer bien» para «hacer lo que debo». Y Rajoy es constante. Pertinazmente constante dispuesto a pagar el precio que la sociedad le pague en las urnas y un medidor peculiar de los tiempos. Ahora tiene la cita con sindicatos y patronal y luego vendrá el encuentro con Rubalcaba, al menos esa es la convicción que existe en las filas populares.

En el entorno de Rubalcaba el escepticismo es mayor. «Tengo que ver esa reunión para creérmelo» decía un directo colaborador del secretario general del PSOE. La constancia de Rubalcaba pidiendo el pacto es solo comparable a la del propio Rajoy para mantener su política económica. Rajoy puso límites al pacto propuesto por Rubalcaba y todo indica que Rubalcaba ha hecho de esta oferta su última estrategia para, al menos, poder decir a los españoles :»lo he intentado pero no ha salido». ¿Y los suyos?. Sus más próximos, es decir, sus cómplices directos en esta oferta, creen que es la estrategia necesaria tanto para España como para el propio PSOE. Pero no hay que engañarse_Rubalcaba no lo hace_ y pensar que todo el PSOE está en la idea del pacto sería hacer un diagnóstico equivocado. Muchos creen que no hay más alternativa que ir a la yugular del Gobierno, pero Rubalcaba se resiste porque lo suyo es el posibilismo que es lo propio de quien tiene a sus espaldas muchos años de experiencia política.

Nadie cree que el pacto, aun cuando se produjera, fuera por si mismo a resolver los problemas, pero aun así tendría un valor político que en absoluto seria negativo para España que tiene pendiente un importante y complejo listado de reformas necesarias para corregir vicios que además de ineficaces generan gasto perfectamente descriptible. Renunciar de antemano a que estas reformas se puedan hacer, aunque cueste, de forma consensuada con el principal partido de la Oposición requeriría de una explicación. Ese acuerdo solo es posible entre Rajoy y Rubalcaba y lo deben hacer antes de que se cumpla el dicho de que «otros vendrán que bueno te harán».

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Charo Zarzalejos

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