miércoles, abril 24, 2024
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Españoles bajo sospecha

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Y en eso llegó Verstrynge… Éramos pocos y parió la abuela. A la agitación que está llevando a cabo la izquierda radical en España, muy propia de su práctica ideológica, se le ha unido este juguete roto que busca, como si de un boxeador sonado se tratase, golpear a su propia sombra. Un don nadie que necesita reencontrarse a sí mismo, después de haber pasado, ideológicamente, de estar a tres centímetros del nazismo en su juventud a estar, de viejo, a tres milímetros de ETA. Un paria de la política. Un zascandil que ahora anda diciéndole a la policía ‘a mí no me toque’ para reencontrarse con su añorada juventud.

Hay que tener poca lacha para encabezar un escrache… La culpa la tuvo Alfonso Guerra cuando no consintió que ingresase en el PSOE. Hubiera sido su solución. Porque el problema de Jorge Verstrynge es que, desde entonces, no hace otra cosa que buscar, desesperadamente, su Neverland…

A la jarca de Ada Colau, apoyada ideológicamente por la izquierda melonera de Cayo Lara y fina, fina, filipina de Gaspar Llamazares y, tácticamente, por los dirigentes de la ‘kale borroka’, solo le faltaba Jorge Verstrynge. Más desprestigio para la marca.

Que nadie se tome a broma esta acción guerrillera porque va más serio de lo que parecía

Pero, ojo, que nadie se tome a broma esta acción guerrillera porque va más serio de lo que parecía. Entre las cuadrillas de escrache que participan en la campaña de acoso y hostigamiento puesta en marcha contra cargos del PP, con el pretexto de los desahucios, hay profesionales de la agitación. Gente que sabe cómo manejar la situación y que todo lo tiene perfectamente diseñado.

De hecho, sabe que cuentan, incluso, con la ayuda de unos medios de comunicación amarillos y absolutamente despendolados, que han perdido la poca deontología profesional que le quedaba al periodismo, para que les den publicidad gratuita e, incluso, conseguir que el delito de acoso sea considerado como libertad de expresión.

Que una auténtica caza de brujas al mejor estilo estalinista, o castrista, sea algo que se vea como normal, no es normal. Y que ahora, en España, todo se cuestione, todo sea sospechoso de algo y todo sea, por supuesto, condenable sin juicio es ya una realidad.

Esta gentuza está consiguiendo que todo sea cuestionable. En España ya no hay personas honradas. Ni políticos honrados. Nada. Todos somos españoles bajo sospecha. Como los cubanos. Como los ciudadanos de la Unión Soviética de Stalin. Como en la Corea de ese niñato de cabeza apepinada que anda jugando a la guerra con misiles de verdad.

Quien legisló los desahucios exprés fue el Olvidable

Espero que, poco a poco, las cosas vayan volviendo a su sitio y que los españoles no nos dejemos llevar por esa fiebre que algunos medios de comunicación quieren hacernos creer que ya es una pandemia cuando son, simplemente, décimas. Décimas provocadas por la propia izquierda. Porque quien legisló los desahucios exprés fue el Olvidable.

Aunque sí es cierto que esas décimas están proporcionando dudas entre la ciudadanía sobre el grado de seguridad que nos puede ofrecer un Ministerio del Interior que no sabe o no puede o no quiere proteger siquiera la casa de la Vicepresidenta del Gobierno de una pandilla mandada por el inefable y desvergonzado Vertrynge.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

La sonrisa de la avispa

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