viernes, abril 19, 2024
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¿Qué violencia, la de Hellín o la de Ada?

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No deja de sorprenderme el uso del ‘tacticismo’, por no decir del oportunismo, que se ceba con los sentimientos y las emociones de los ciudadanos. Bueno, más que ciudadanos, público objetivo, siguiendo los términos de la literatura del marketing.

Para algunos políticos somos público objetivo

Para algunos políticos somos público objetivo, un estadio anterior al de ciudadanía en el que habitamos en calidad de clientes, consumidores o usuarios, pero despojados de nuestra naturaleza humana, puesto que no nos ven como personas inteligentes, racionales, capaces de entender e interpretar nuestros derechos de ciudadanía.

Así no es extraño que se use el terrorismo para desacreditar a la plataforma contra los desahucios, o se pretenda incriminar a sus miembros acusándolos de ser kaleborrokistas de pro. Vende bien en la audiencia y se compra con facilidad por los que, desorientados, necesitan algún argumento para defender lo injustificable sobre todo cuando la evidencia pone la justicia de parte de los que protestan. Había que desacreditar a la iniciativa legislativa popular al mismo tiempo que se desmontaba en el Congreso, una vez dado el paso de demostrar ‘sensibilidad’ a la hora de aceptar su trámite.

Ahora, muchos agentes de la derecha mediática dicen que ellos habían firmado la iniciativa pero que la violencia de doña Ada los desvincula moralmente de su rúbrica. Me recuerda a algunos amigos de derecha de toda la vida que decían en los noventa haber votado a Felipe en el 82 pero que ya se le había pasado el arroz. Son, a su modo, como Bárcenas, o como Rajoy, confunden su propia letra hasta el punto de olvidar lo que han escrito y, lo que es peor, por qué lo han hecho. O son unos hipócritas.

Deberían mirar a los ojos de la fotografía tantas veces publicada de Yolanda González

Si a la derecha le preocupa el terrorismo, que hubiera firmado la petición de investigación sobre Hellín Moro, el asesino terrorista de la estudiante vasca, Yolanda González, que se formalizó en el Congreso hace unos días. Un limpio y ordenado debate parlamentario; Pero se negaron PP y UPyD. Hellín Moro, un criminal que se paseaba –quién sabe si sigue haciéndolo- por los despachos de la policía dando consejos, asesorando y formando a sus agentes, y que en su día constituyó un comando del llamado Batallón Vasco Español, una ficción de la extrema derecha para matar impunemente con la complicidad de Fuerza Nueva y el estado.

Si de verdad sienten dolor por las víctimas deberían mirar a los ojos de la fotografía tantas veces publicada de Yolanda González, mirar a los ojos de su familia y a los de aquellos jóvenes que fueron sus compañeros y amigos, y decir que sí que están dispuestos a depurar responsabilidades, a poner al criminal en su sitio y a buscar a sus cómplices en las cloacas de las fuerzas de seguridad, que las hay, para así sanear nuestras instituciones y nuestra democracia.

Si quieren hablar de violencia y de convivencia, encantados: que empiecen por limpiar debajo de las alfombras de los despachos en el ministerio del Interior, y que den una explicación de una vez a una familia que simboliza la resistencia frente a tanta manipulación, oportunismo y desvergüenza institucional. Y ya de paso que aprovechen y aprendan.

Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital

Rafael García Rico

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