Con Mariano Rajoy como presentador, la semana política arrancó con una suerte de «cumbre» de dirigentes populares arropando a María Dolores de Cospedal. Ante las críticas recibidas por la secretaria General del PP a cuenta de la gestión del «caso Bárcenas», una conferencia-desayuno se transformó en jubileo: «Cospedal es una mujer excepcional», proclamó Rajoy. El por qué de tan llamativo cierre de filas habría que buscarlo en los recientes tropiezos de Cospedal informando sobre el «caso Bárcenas». Su embarazosa explicación del ya famoso finiquito «diferido y simulado» que habría puesto fin a las relaciones contractuales del partido con el extesorero infiel hizo correr ríos de tinta y los chistes twiteros la habían dejado bastante tocada. Cospedal tiene enemigos emboscados dentro del partido y rivales crecidos en el seno del Gobierno. Los del partido son quienes saben más que ella acerca de los sobresueldos o complementos que supuestamente repartía Bárcenas en épocas anteriores. Cuentan que cuando Cospedal intentó finiquitar a Bárcenas -en el doble sentido del término-, el exsenador que se sabía fuerte por atesorar todos los secretos relacionados con la financiación del PP puso condiciones y encontró apoyo en la opinión de quienes habían dirigido el partido en otras etapas.
Cospedal tiene enemigos emboscados dentro del partido y rivales crecidos en el seno del Gobierno
Cuando Cospedal dijo aquello de que «cada vela aguante su palo» es probable que no fuera un anacoluto incontrolado. Hubo quien se sintió señalado y como en tantas ocasiones de la vida quienes más tenían que ocultar fueron quienes más decidieron intrigar e intoxicar desde la sombra aprovechando sus terminales en los medios. Es muy llamativo que en este asunto quienes más explicaciones podían dar, me refiero a quienes han ocupado la secretaría general del partido antes de la llegada de Cospedal, son quienes, en público, guardan silencio.
Algunos de los caminos del «caso Bárcenas» desembocan en una pregunta que es fuente de no pocas conjeturas: ¿Por qué el PP no se ha querellado directamente contra su antiguo tesorero y, en cambio, sí lo ha hecho contra uno de los dos periódicos que revelaron el presunto cobro de sobresueldos? Barrunto que si hubiera dependido exclusivamente de Cospedal, Bárcenas no se habría librado de la querella. También creo que para conocer la verdad de todo este asunto habrá que esperar a las conclusiones de la indagatoria judicial abierta por el juez Ruz como pieza separada de la larga investigación llevada a cabo en la Audiencia Nacional sobre el caso «Gürtel».
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Fermín Bocos