Ser un buen número «dos» no está al alcance de cualquiera, pero ese papel lo bordaba Alfredo Pérez Rubalcaba. Sí, el actual secretario general del PSOE fue un buen número «dos» en tiempos de González y sobre todo de Zapatero. Y como portavoz parlamentario sin duda fue uno de los más brillantes de los que han desempeñado esa función. Pero ahora, Alfredo Pérez Rubalcaba se ha convertido en número «uno» y eso es otro cantar. La realidad es que las cosas no le terminan de salir bien. Es evidente que no se ha hecho con las riendas de su partido y que su autoridad se ha ido mermando sobre todo porque catalanes y gallegos van a su aire. El último episodio que ha puesto de manifiesto su fragilidad es el de Ponferrada.
La realidad es que Pérez Rubalcaba no se ha hecho con el gobierno del PSOE, carece de «autoridad» y cada federación va a lo suyo
La operación de los socialistas para hacerse con la alcaldía de Ponferrada no ha podido ser más costosa y más nefasta. Lo que es evidente es que Samuel Folgueras no se tiró a la piscina sin saber si había agua. Agua había porque como él mismo ha declarado tanto Óscar López, secretario de Organización, como Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario General, estaban al tanto de la moción de censura contra el alcalde de Ponferrada. Es más, le dieron el visto bueno e incluso Óscar López hizo unas declaraciones públicas entusiastas avalando la moción de censura.
Fue Carmen Chacón la que dio la voz de alarma. A partir de su twiter declarándose avergonzada porque el PSOE se hiciera con el Ayuntamiento de Ponferrada pactando con un concejal, en su día alcalde, condenado por acoso. A partir de ahí en Ferraz intentaron rectificar y dar marcha atrás. Rubalcaba no le dio demasiadas vueltas: «Nos hemos equivocado y rectificamos». Y ha hecho bien en rectificar, solo que el daño ya estaba hecho.
Samuel Folgueras y los concejales socialistas han decidido recoger el guante que les ha lanzado Rubalcaba: dejan el PSOE. Eso sí, insisten que no han hecho nada que no supieran en Ferraz. Ahora hay quienes piensan que deben de rodar cabezas, que alguien debe de asumir la responsabilidad de semejante fiasco y apuntan a Óscar López.
Lo que es evidente es que Samuel Folgueras no se tiró a la piscina sin saber si había agua
Seguramente, López es el responsable más directo pero no el único responsable. La realidad es que Pérez Rubalcaba no se ha hecho con el gobierno del PSOE, carece de «autoridad» y cada federación va a lo suyo. Lo único que puede decirse en favor del actual secretario general del PSOE es que ha recibido una pésima herencia de su antecesor, Rodríguez Zapater, dejó España hecha un desastre y al PSOE con una crisis interna y de razón de ser de la que les va a costar recuperarse. Rubalcaba, sin duda, viene haciendo lo que puede pero le falta ese «plus» de número uno al que me refería antes y eso que, insisto, es un hombre capaz e inteligente donde los haya. Quizá el error de Rubalcaba ha sido no rodearse de un equipo cuyos miembros fueran todos incluso mejores que él. Al contrario, su equipo no es precisamente de los que se van a recordar por su consistencia política y eficacia.
Hoy por hoy, la crisis de Ponferrada se ha cerrado en falso y ha debilitado aún más a Pérez Rubalcaba, esa es la realidad.
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Julia Navarro