miércoles, abril 24, 2024
- Publicidad -

Sin depuración no habrá democracia

No te pierdas...

La Ertzaintza ha recibido formación por parte de Emilio Hellín Moro, un asesino que mataba en nombre del llamado Batallón Vasco Español, un delirio compartido con responsables de la seguridad del estado y de Fuerza Nueva en los años setenta y primeros ochenta, que organizaba crímenes como el de la joven Yolanda González, estudiante, trabajadora, dirigente de la coordinadora de enseñanza media y militante del PST.

Que la policía autonómica vasca se forme por un fascista criminal es un esperpento terrible, pero no menos que el asesino de Yolanda colabore con los aparatos policiales desde antes del crimen, durante su tránsito por la cárcel, incluidas su insólitas fugas, y después de salir de ella, ya que ha trabajado para la guardia civil, la policía nacional o los mossos, sin que la lógica de la democracia lo haya puesto en su sitio en los últimos treinta y tres años.

El asesinato de Yolanda puso en evidencia la complicada realidad del fascismo que subyacía en las llamadas fuerzas del orden

El asesinato de Yolanda marcó a muchos jóvenes de una generación que creía en las libertades democráticas en una España que salía de la dictadura y puso en evidencia la complicada realidad del fascismo que subyacía en las llamadas fuerzas del orden y de sus conexiones con organizaciones criminales y terroristas como Fuerza Nueva.

Ahora, descubierta la verdad de Hellín y siendo más evidente que nunca la complicidad de policías y guardias civiles con el asesino es una exigencia moral que la política democrática depure la responsabilidad que corresponda y que aclare mediante qué conexiones un asesino convicto termina sirviendo de agente formador a la policía que lo detuvo y que debió impedir sus fugas.

El PSOE, en el gobierno cuando al parecer se produjo su contratación, tarda ya en dar una respuesta. La ética del socialismo deberá obligar a que este partido colabore con la familia de Yolanda, sus hermanos Asier y Amaia, con Mar, su amiga y compañera de piso cuando se produjo el crimen, y con Alejandro, su compañero, que el viernes acudieron al ministerio del Interior dando, como ya he contado, una muestra de coraje y sensibilidad solo equiparable a la tenacidad y espíritu combativo que han mantenido, contra viento y marea, durante estos treinta y tres años ominosos. 

Quienes disponemos de medios para evitar que de nuevo el silencio acalle la verdad, debemos insistir, una y otra vez, junto a ellos, en la reclamación de investigación y depuración. Por responsabilidad social, higiene democrática, y por compromiso con la memoria. 

Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital

Rafael García Rico

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -