viernes, marzo 29, 2024
- Publicidad -

¿Es que nadie va a hacer nada?

No te pierdas...

Pasan los días, las semanas, los meses y abrir un periódico sigue siendo en España un sobresalto al que Dios quiera no lleguemos a acostumbrarnos. No puede ser que con el fondo desgarrador de esos cinco millones de parados según el INEM -que en realidad son seis- en primer plano sólo aparezcan corrupciones, escándalos, comisiones que repugnan y que encima son legales, estafas y mal gusto.

No puede ser que todo se reduzca al lentísimo paso de una Justicia desacreditada frente a la sociedad

No puede ser que nada cambie, que todo se reduzca al lentísimo paso de una Justicia desacreditada frente a la sociedad, falta de medios, anquilosada en su propia burocracia, ahogada por sus compromisos políticos, incapaz, por lo que se ve, de la agilidad necesaria y exigible para hacer frente a unos delincuentes que se aprovechan al máximo de ese freno al que reverencialmente calificamos como «garantismo».

No puede ser que, a estas alturas, tenga este país que desayunarse cada día con la peineta -real o no- del penúltimo sinvergüenza a toda una sociedad que creía vivir en un estado en el que, pese a todo, se podía confiar. No puede ser que, con lo que ya teníamos encima, ahora aparezcan contratos de trenes para vías que ni siquiera existían o extrañas comisiones inmorales para el AVE de La Meca.

No puede ser que la mayor noticia sobre Bárcenas y el PP es que no haya noticia sobre el PP y Bárcenas. ¿Pero qué país es este en el que los ministros se reúnen en gasolineras de carretera, la policía pregunta por despachos descerrajados que no se sabe si existen o no en los partidos y el yerno del Jefe del Estado se gasta lo que no tiene en reformas antiestéticas de mansiones súper lujo?

No puede ser que todo esto -y mucho más- esté pasando en esta España en el año de desgracia 2013 sin que nadie mueva un dedo y diga ¡ya está bien!

Si terminamos aceptando la inmoralidad como animal de compañía, ahí se quedará anclada en el sistema

No puede ser que contemplemos toda esta cadena de corrupciones con la tranquilidad a la que, parece, nos estamos acostumbrando. No puede ser o no debería ser porque si terminamos aceptando la inmoralidad como animal de compañía, ahí se quedará anclada en el sistema, incrustada en el cuerpo de una sociedad definitivamente enferma.

Me pregunto y pregunto a los que pueden hacerlo: ¿es que nadie va tirar de la manta para dejar al descubierto este cáncer que tantos tratan de esconder en lugar de extirpar? Miren: yo puedo escribir todo esto y nada va a cambiar. Puede que los indignados de Sol vuelvan a levantar su campamento y a rodear el Congreso pero nada va a cambiar. Es posible incluso que partidos minoritarios pregunten al Gobierno y nada va a cambiar. Nada, porque Rajoy está ocultando a Bárcenas y Rubalcaba depende de Griñán y sus ERES. Sólo quedan dos caminos para sobrevivir a tanta putrefacción: o se rebelan desde dentro de los partidos los que de verdad crean aun en la democracia o la Justicia se quita la simbólica venda de los ojos y se pone manos a la obra, que no es poca. En una situación de cierta normalidad, en esa democracia aburrida que yo añoro, todo toma su tiempo. No es el caso; este país está viviendo en una alarma social permanente protagonizada por unos cuantos chorizos con el silencio o la pasividad cómplice de los líderes políticos.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Andrés Aberasturi

Artículo anterior
Artículo siguiente

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -