viernes, marzo 29, 2024
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Bocados de realidad de Tomás Gómez

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«No es verdad que a los ciudadanos no les interese la política. Ellos están aquí y a lo que se oponen es a las políticas que empeoran su vida. Debe cambiar sus políticas, aún le queda tiempo para cambiar, quien no tiene tiempo es la gente. Le invito a que hable con ellos en mi despacho o en el suyo, y verá que por lo que merece la pena estar aquí es para defenderlos a ellos y a sus hijos, y no a los que quieren hacer negocio con ellos».

Los tiempos de la política no son los tiempos de las personas

Esto le dijo Tomás Gómez a Ignacio González en el pleno de la Asamblea, tal y como recoge la crónica de la corresponsal política de Estrella Digital en el parlamento regional. Y dijo la verdad. Los tiempos de la política no son los tiempos de las personas. Hace años me dijo un amigo que los congresos políticos se resuelven siempre de madrugada, y en el último día. Puede que eso haya contaminado la forma que tienen los mismos políticos que participan en esos congresos de ver la vida y el mundo, y a ambas les aplican las cláusulas de su comportamiento, desoyendo clamores que tienen otros ritmos y otras necesidades.

La  Asamblea es una caja de resonancia sin amplificación. Es decir, que sus ecos traspasan difícilmente el hemiciclo. Pero a veces lo que allí se habla tiene más veracidad que mucho de lo que escuchamos en otras instituciones. Los tiempos de los madrileños se nos aparecen, a veces, distintos de los del resto de los españoles, pues a además de cargar con la losa del ‘centralismo’, nuestra autonomía nos siega la hierba bajo los pies un poquito cada día. Profesores, alumnos, madres, dependientes, padres, trabajadores, funcionarios, parados, jóvenes, mujeres, sanitarios, pacientes, todos siguen el ritmo del brazo ejecutor de Ignacio González, y el tiempo se convierte en una amenaza latente, continua. La denuncia de Gómez es extraordinaria, porque invita al líder regional al cambio. Lo hace con sosiego e invocando una esperanza difícil, pero necesaria.

La asamblea es una caja de resonancia sin amplificación

Me interesa la versatilidad de Gómez, pero más su disposición, siempre, a situarse en la línea de fuego sin temor por su integridad. Cada jueves le llaman de todo. Y él permanece atento a lo que se dice fuera, no dentro. Y con lo que se dice fuera hace una fórmula dialéctica en su discurso. Me interesan los bocados de realidad que ofrece, porque no muerden pero ayudan a que no nos traguemos, por imposibles, verdades que no lo son.

Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital

Rafael García Rico

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