La abdicación es un hecho y una opción en las Monarquías que aún quedan en el mundo, pero también es verdad que rara vez los reyes o reinas dejan su trono en favor de sus hijos. Aunque, la excepción confirma la regla y este es el caso de la Familia Real holandesa. Este lunes, la Reina Beatriz de Holanda 
anunciaba que dejaba el trono en manos de su primogénito el Príncipe Guillermo de Orange. La noticia no ha llamado la atención de nadie, ya que tradicionalmente los reyes holandeses suelen abdicar en sus hijos al cumplir los 75 años y la Reina Beatriz los cumplirá este jueves.
La salud de la monarca no estaba en su mejor momento, se la notaba cansada y muchos decían que no levantó cabeza desde el accidente de su hijo Friso que le mantiene en coma desde hace un año. Los holandeses han entendido la decisión de la
que ha sido su Reina durante 30 años y la aplauden.
Ahora la pareja formada por el príncipe Guillermo de Orange y su esposa Máxima Zorreguieta está en su mejor momento. Son muy queridos por el pueblo y la imagen de ambos ha cambiado radicalmente. Pero esto no siempre fue así. Hace diez años, cuando se anunció el compromiso del heredero a la corona con la economista Máxima Zorreguieta, los holandeses pusieron el grito en el cielo, y no porque no fuera una noble o tuviera sangre real, sino porque Máxima es la hija del que fuera ministro de Agricultura del general Videla durante la dictadura. Tal fue la controversia que causó, que algunos de los miembros del Parlamento holandés se opusieron al enlace y otros tantos se abstuvieron en la votación. Pero la cosa no quedó ahí, el día del enlace Máxima recibió una cacerolada del pueblo y sus padres ni si quiera fueron invitados al enlace para evitar más problemas.
Pero la imagen de los príncipes ha dado un giro de 180 grados y en parte gracias a la Reina Beatriz que ha tutelado a la pareja. Hoy en día, Máxima no es sólo querida por el pueblo, sino que es considerada «la Princesa más divertida» y el Príncipe ha pasado de tener una imagen de soso y retraído a monarca cercano.
Por otro lado, esta no es la práctica habitual en las monarquías europeas, normalmente los reyes se mantienen en su trono hasta la muerte o una enfermedad grave. El récord de permanencia actual en el trono lo tiene la Reina de Inglaterra Isabel II que a sus 86 años no tiene previsto dejarle el puesto a su hijo, el Príncipe Carlos, que ya tiene asumido que jamás llegará a reinar y que seguramente el trono pase a su hijo Guillermo, mucho más querido que él entre los habitantes de Gran Bretaña. Suecia, Noruega y Bélgica siguen de cerca la estela de la Reina Isabel II y no entra en sus planes dejar el trono hasta que la muerte se los lleve. Los Borbones tampoco son la excepción.
Mucho se ha especulado con una posible abdicación del Rey Don Juan Carlos en su hijo el Príncipe Felipe, ya que los 
achaques del Rey cada vez son más notables, pero no parece que eso vaya a suceder. Tendría que haber una situación muy extrema para que el Rey abandone el trono voluntariamente. La imagen del Rey no pasa por su mejor momento y según la última encuesta de SIGMA2 del 2 de enero su imagen cayó 27 puntos frente a los 7 que cayó la del Príncipe Felipe que tras el incidente del Monarca en Botswuana sobrepasó en popularidad a su padre. A pesar de los datos, muchos antimonárquicos apuestan porque la muerte del Rey sea el final de la monarquía en España por la falta de carisma de Don Felipe.
Los mundos rosas de Itziar