Reconozco que esta semana han sido muchos e importantes los temas que han copado las portadas de los principales periódicos, tanto en papel como en Internet. Sin embargo, me ha llamado poderosamente la atención cómo las últimas declaraciones del secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Fernando Jiménez Latorre, apenas han sido motivo de análisis en el interminable número de columnas de opinión que pueblan las principales cabeceras de este país.
Según Jiménez Latorre, los españoles tienen que perder poder adquisitivo
Como puntualmente informó Estrella Digital en su edición del pasado martes, Jiménez Latorre solicitó, y cito textualmente, “que se minimicen las prácticas de indexación, entre las que se encuentra la vinculación de los salarios al Índice de Precios de Consumo (IPC), tanto en la Administración pública como en la empresa privada”. Dicho de otro modo, el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa considera que los españoles tienen que perder poder adquisitivo, o sea, ganar menos y pagar más por comprar cualquier bien o servicio. Afortunadamente, Jiménez Latorre intentó insuflar optimismo a los sufridos ciudadanos españoles recordando que los mercados están “en un momento muy favorable” y, cual aspirante a pitonisa del oráculo de Delfos, vaticina que “esta tónica se mantendrá a lo largo de los próximos meses”.
Ignorando aquellos posibles brotes verdes a los que muchos se refieren pero que nadie aún encuentra, hay que recordar a Jiménez Latorre que los salarios en este país son, precisamente, muy bajos. Y esto no lo digo yo, sino el Instituto Nacional de Estadística que evaluó en torno a 8 millones de trabajadores que percibían menos de 1.000 euros mensuales. Para más inri, la cifra data de 2010 por lo que no es difícil vaticinar que la situación hoy, en 2013, será mucho peor.
Elevar los salarios es una de las herramientas más eficaces de combatir la crisis
Semana tras semana, he recalcado la imperiosa necesidad de, entre otras medidas, elevar los salarios como una de las herramientas más eficaces de combatir la crisis. Con un sueldo mísero e hipotecas elevadas, la mayoría de los españoles sufre lo indecible para llegar a fin de mes. En estas condiciones, jamás se recuperará el consumo y las empresas –a las que se supone debe defender Jiménez Latorre– seguirán sin vender sus productos porque no tendrán quien los compre. Por último, una pequeña reflexión: es una indignidad escuchar a un secretario de Estado alentar a los empleadores a que reduzcan sus costes salariales gracias a la disponibilidad de seis millones de desempleados. Con estos mimbres, es imposible divisar el fin de la crisis.
Gorka Labarga-Estrella Digital
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