jueves, abril 25, 2024
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Mamones y cojones

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Solo hay que echar un vistazo a los periódicos en los últimos días para concluir que en este país el hedor de la corrupción política empieza a ser insoportable. Da la sensación de que aquí no se salva nadie o, mejor dicho, que aquí todos han ido a sacar tajada. Casos como los de Pujol, Mas, Duran o Bárcenas han servido además de para escandalizáramos de muchas maneras, para socavar un poco más si cabe el prestigio de nuestra clase política que está por los suelos. El último escándalo en el que nos hemos desayunado es el llamado «caso Bárcenas que, a medida que conocemos los detalles, resulta más escabroso y comprometido para el partido del Gobierno. Al parecer, el extesorero del PP tenía montada una red corrupción masiva y perfectamente organizada durante muchos años, para repartir dinero negro, una caja «B» de la indignidad de la que podían haber trincado muchos dirigentes populares.

En este país el hedor de la corrupción política empieza a ser insoportable

Según se dice, los sobres corrían por la calle Génova desde la etapa de Fraga, aunque posteriormente se sistematizó el sistema y fue con la llegada de Mariano Rajoy al poder cuando se cortó de raíz el asunto. Casimiro García Abadillo relataba con todo lujo de detalles en «El Mundo» como cuando María Dolores de Cospedal -a instancias de Mariano Rajoy- le pidió a Bárcenas que dejara el Partido Popular, abandonara su escaño, dejara el despacho y le informó que no le iban a pagar el abogado, este recurrió para negarse a una frase que en su día hizo famosa Álvarez Cascos: «Aquí sobran mamones y faltan cojones», dijo el siniestro personaje. Después esgrimió todo tipo de amenazas, desde contar lo que sabía de la financiación de la boda de la hija de Aznar, hasta revelar los nombres de los destinatarios de los sobres B. Afortunadamente el chantaje no sirvió de nada y por voluntad del hoy presidente del Gobierno, Bárcenas dejó todas sus responsabilidades.

Sin embargo, con su salida no se hace borrón y cuenta nueva. Es necesario aclarar todos los aspectos sobre quienes eran los corruptores y quienes los corruptos. En necesario saber cómo se obtenía el dinero, a cambio de qué, si era de pago de comisiones por parte de constructoras tras recibir contratos públicos, de qué cantidades estamos hablando y cuánto se ha escamoteado al fisco. Es necesario llegar hasta el fondo del asunto y conocer la verdad, caiga quien caiga, para que la sombra de la sospecha no se extienda sobre todo y todos. Y, como no, es urgente que se den todo tipo de explicaciones por parte de quienes han tenido el mérito de dar un puñetazo en la mesa en la calle Génova, decir ¡basta ya! y poner fin a estas prácticas corruptas. Los actuales dirigentes del PP deben hacer públicos los nombres del quienes han recibido sobres manchados, obligarles a devolver el dinero y expulsarles del partido porque ante un caso de tal gravedad solo cabe cortar por lo sano y una acción ejemplar y ejemplarizante que entiendan perfectamente todo los ciudadanos.

Aquí no se trata de «mamones ni de cojones» sino de corruptos y corruptores

Por otro lado, y más allá del enriquecimiento personal, ilícito y bochornoso de algunos, si algo hemos hecho rematadamente mal desde la Transición hasta hoy es no fijar, claramente, los criterios sobre la financiación de los partidos políticos. Se ha hecho tan opaca que muchos de los casos de corrupción política han tenido su origen en la misma y una cosa ha llevado, fatalmente, a la otra y al final el olor a podrido se ha hecho insoportable. Aquí no se trata de «mamones ni de cojones» sino de corruptos y corruptores, esos que están empañando a toda la clase política y manchando injustamente, la cosa pública. O los partidos se ponen las pilas y practican, de verdad, la tolerancia cero con la corrupción, su descrédito seguirá en aumento con el daño irreparable que eso le hace a nuestra Democracia.

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Esther Esteban

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