viernes, abril 19, 2024
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La tinta del poder

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La ciencia nos ha descubierto las imágenes de un calamar gigante. Un peludín, dirían en Asturias, o en Cantabria. Las denominaciones tradicionales no conocen fronteras autonómicas sino costumbres comunes, que las trascienden. Los calamares gigantes soltarán grandes cantidades de tinta, piensa uno cuando se pone reflexivo. Un calamar gigante podría ser, entonces, como un periódico de gran tirada, nacional, por supuesto.

Los grandes periódicos de grandes tiradas consumen tanta tinta como información nos quieren hacer saber

Los grandes periódicos de grandes tiradas consumen tanta tinta como información nos quieren hacer saber. Aunque a veces no sabemos si lo que nos cuentan es porque es, o porque quieren que sea, o les interesa que sea. Un adagio popular dice que perro no come perro, por eso está mal visto cuestionar la ética y la estética de los calamares, perdón, de los periódicos, y de las cosas que nos cuentan desde otros medios. Pero la tinta, la tinta es otra cosa, y los calamares que la usan para confundir a los depredadores no cuentan con que los de nuestra especie se la coman, por ejemplo, en forma de arroz negro.

Ellos expulsan la tinta y nosotros la usamos para lo que nos interesa. Las noticias son parecidas, están hechas de intenciones y de tinta: tratan, algunos medios, de cegarnos con la tinta de sus páginas, el material impreso con el que se fabrican los discursos y se materializan las invectivas, y así disuadirnos de pensar de forma diferente, que es la manera de que nos traguemos la tinta de distorsión dosificada que tenemos adjudicada por las estructuras del sistema.

Me preocupan los peludines que machacan a diario con argumentos insistentes. Me cansan y me distraen de las ideas razonables que deben circular por el universo de la información. Un periódico de Madrid, como se decía antes, maneja con soltura la fabricación de las portadas para centrar el interés en ellos mismos. Fluyen por la red, la red de internet, se entiende, no la red de los pescadores de peludines; ríos de tinta con fotomontajes de portada. Es como el gato al agua, pero visual y a veces, sin palabras. El monárquico por convicción, tradición y excelencia, hace cosas parecidas.

España es un gigantesco acuario en el que nos bañamos en mares de tinta, entre peces y cefalópodos

Los gatos no comen peludines, pero se desenvuelven bien entre pescados. Con la tinta impresa de esos periódicos de hoy se envolverá el pescado de mañana, porque para eso sirven los textos que consagran la confusión del calamar. España es un gigantesco acuario en el que nos bañamos en mares de tinta, entre peces y cefalópodos. Los hay gigantes, nos ha enseñado la ciencia, de tirada nacional, ya lo sabíamos, pero nosotros chapoteamos más fuerte y nadamos con más instinto.

Distinguimos el agua de la arena, y sabemos cuales son los bordes de la playa, la hermosa línea que las separa. La diferencia entre la mentira y la verdad: los baños de ideología y confusión y el ejercicio sincero y elegante de la información veraz. No hay tinta en nuestras conciencias que oculte los hechos como son, por más que se empeñen estos peludines que nadan sueltos.

La verdad, que nos debería hacer libres, vale para perseguir el gran engaño del poder. Por más tinta que suelten, siempre se impone. Como la libertad, si se lucha por ella.

Rafa García-Rico – en Twitter @RafaGRico – Estrella Digital

Rafael García Rico

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