No hay ni proyecto claro ni liderazgo fiable en esta amarga hora de la España de la gran crisis. Me refiero no sólo al Gobierno sino también a la oposición. Al desastre de la economía pretenden aplicarle recetas disparatadas que sólo la empeoran y otros incurren en la inoportunidad histórica de plantear problemas existenciales en el peor y en el más inoportuno momento, como en el caso de Cataluña y quizá del País Vasco. Como si una maldición siniestra nos hubiera atrapado y nos hubiera secado el corazón y la mente. Digo todo esto un poco influido por la foto de Adolfo Suárez con motivo de su 80 cumpleaños. En aquel tiempo teníamos a Suárez, a Felipe González, a Jordi Pujol, a Santiago Carrillo, a José Antonio Ardanza e incluso a Manuel Fraga. Hoy no tenemos nada ni nadie, ni en el Gobierno, ni en la oposición, ni en las autonomías. Sólo vivimos de ocurrencias, de disparates y de improvisaciones. Eso es el independentismo, el federalismo asimétrico y el simétrico, el pacto fiscal. Debates del pasado y del futuro poscrisis, pero no de ahora, por el amor de Dios.
Yo no sé si a alguien con dos dedos de frente debería ocurrírsele en este momento histórico quemar las energías en proponer referéndums por el derecho a decidir, derecho que yo no niego a nadie si se plantea en un contexto posible, en el que tal cosa no implique el agravamiento sideral de nuestros reales problemas de subsistencia. O centrar sus aspiraciones o sus propuestas en cualesquiera otras tareas que sólo sirvan para hundir del todo la moral de los españoles y el crédito de España en el exterior. O no leen las encuestas o la opinión de los españoles les trae sin cuidado por completo. Ellos siguen cada uno a lo suyo y a este país que le den con sus millones de parados y con su economía destrozada. La más lista de todos se ha quitado de en medio para librarse del alud final y dejar solito a Rajoy para que se estrelle con toda su mayoría absoluta y luego emerger como si tal cosa. Por cierto, ¿qué pasa con el movimiento 15-M y toda su potencialidad? ¿Harán algo ahora, además de manifestarse?
Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.
Pedro Calvo Hernando