Hoy ando entre la sorpresa y el pasmo. El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, ha respondido a la carta que le remitió el presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas, en la que le adjuntaba su famosa propuesta de pacto fiscal, diciendo que estudiará el contenido del documento a cambio de su apoyo para impulsar la posición de España en Europa. Y a mí, como no me cuadra esa respuesta, salvo que Rajoy se esté ‘zapaterizando’, ando como perdido.
Porque está claro que lo que quiere Mas, con el susodicho pacto fiscal, es igualar a la Comunidad Autónoma de Cataluña, a costa del resto de españoles, a lo que son la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra. Una propuesta,absolutamente, sin sentido. Entre otras cosas, porque si ya la situación vasca y navarra es injusta e insolidaria, lo que no tiene sentido es que se siga avanzando en esa injusticia
y en esa insolidaridad. Más bien habría que hacer al contrario. Lo que habría que hacer es revertir esa privilegiada situación que tienen los vascos y los navarros para que no sigan siendo españoles de primera.
¿A qué viene esa respuesta, entonces? Porque lo que está pidiendo el presidente de la Generalidad catalana en ese pacto es un mayor autogobierno si cabe. Algo inaudito también porque, en Cataluña, el Estado ya es residual.
¿Cómo se va a sentar Rajoy a hablar de un pacto fiscal de estas características con la Comunidad Autónoma que está más endeudada de España y que lo que quiere, además, es que el resto de españoles le paguemos los caprichos absurdo-catalanistas que se inventó el Tripartito nacional-socialista que gobernó Cataluña en los últimos años y que Mas se niega a quitar?
¿Cómo es posible que el Presidente de la Nación española le pida al Presidente de una Comunidad Autónoma -española también- que le ayude “en el complejo contexto actual, a impulsar nuestro país y nuestra posición en el entorno europeo, hoy más que nunca determinante para nuestro futuro»? Esa ayuda como el valor, en la antigua mili, se supone. Se da por hecha. Se presume que los presidentes de las comunidades
autónomas españolas tienen que ayudar a impulsar a España en el entorno europeo… ¿o no? Porque si es que no, estamos hablando de otra cosa, de otro lugar y de otro tiempo.
Y que conste que a mí no me asusta, para nada, un Estado Federal. E, incluso, más. Pero con todas las consecuencias. Que ya vale de amagar y no dar para seguir chupando de esa teta inagotable que parece que es España para todos estos nacionalismos periféricos… Porque esa es la auténtica realidad y no la que cuentan ellos.
En fin, que no salgo de mi embeleso con la propuesta de Rajoy. Espero que alguien me la explique.
La Avispa- Estrella Digital
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La sonrisa de la avispa