viernes, abril 19, 2024
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La ETA sigue activa

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La detención en Francia de tres pistoleros de la ETA es una noticia que debería hacer reflexionar a quienes de manera tan apresurada como interesada nos habían vendido el cuento del final de la banda terrorista. Digo esto porque uno de los detenidos llevaba material para fabricar explosivos. ¿Para qué necesita explosivos una organización que en su día proclamó que renunciaba de manera «permanente» a la lucha armada? La respuesta es muy sencilla: porque la banda no se ha disuelto. La ETA sigue en activo. En activo, aunque en fase de letargo estratégico. Bajo el Gobierno Zapatero dicha hibernación persiguió y consiguió réditos políticos para las pantallas electorales herederas de Batasuna -legalización de ‘Bildu’  en sentencia del Tribunal Constitucional que revocaba otra del  Supremo-.

En paralelo con los elementos políticos que aconsejaron a la dirección de la banda plantear una nueva versión de «alto el fuego»,  está la propia situación de la banda: diezmada por las detenciones y las infiltraciones. Es un hecho comúnmente admitido que la paciente y eficaz actuación de la Guardia Civil, a uno y otro lado de la frontera con Francia, es lo que ha puesto a la banda contra las cuerdas. Para contrarrestar su debilidad operativa, dicho sin eufemismos: su capacidad terrorista, es por lo que activaron sus terminales en el mundo del nacionalismo político y levantaron aquella farsa de la supuesta mediación internacional (con Kofi Annan, Gerry Adams y demás comparsas) que con tanto entusiasmo compraron el zapaterismo agonizante y sus terminales mediáticas.

Visto lo ocurrido el fin de semana en Francia, tengo para mí que los Rubalcaba, Patxi López, Urkullu, Alonso y demás personajes que en su día vendieron como buena la noticia del final de la ETA, deberían reflexionar al tiempo que contestan a la pregunta del millón: ¿para qué quiere explosivos una banda que, supuestamente, se había comprometido a dejar la lucha armada?

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Fermín Bocos

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