Cuando en la Transición y en los albores de la Democracia el Club Siglo XXI era un referente para políticos, periodistas y sociedad en general, uno de los personajes más valorados era Manuel Fraga Iribarne. Hay una anécdota, de la que existe documento sonoro, en la que un periodista le pide a Don Manuel que le haga un resumen de su conferencia en el mencionado foro. Su respuesta es una lección de política y periodismo: “Yo le puedo repetir la conferencia, para hacer el resumen está usted”.
Así era Fraga.
A su muerte seguirán innumerables comentarios y reflexiones sobre su pasado. Habrá quienes rescaten su baño en aguas de Almería y también los que recuerden aquella frase de “la calle es mía”. Incluso habrá a los que hoy se les haya olvidado su desprecio a Adolfo Suárez. Según él, debería haber sido él quien debería haber dirigido la Transición. Como no pudo ser el director, Don Manuel, lejos de poner zancadillas, contribuyó a construir la nueva España desde la democracia.
Su contribución a la reciente Historia de España está por encima de nosotros.
Y nosotros estamos muy por debajo de entender lo que verdaderamente ha significado Manuel Fraga Iribarne.
El tiempo lo dirá.
Editorial Estrella