viernes, marzo 29, 2024
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¡Vaya alivio!

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Dicen que ya no podía aguantar más. Que tanto desde dentro como desde fuera le decían que la situación era insostenible y ni siquiera estaba atendiendo a los intereses del PSOE y, menos todavía, a los de España y los ciudadanos. Aunque haya sido a regañadientes ha hecho un favor al país y al candidato socialista, aunque esto no signifique que el adelanto electoral vaya a significar la victoria de Rubalcaba.

Hasta se le perdona que haya faltado a su palabra de agotar hasta el fin la legislatura. Sí, se le perdona porque lo que quieren los españoles, gane quien gane en noviembre, es que Zapatero desaparezca del mapa político. En realidad está desaparecido desde hace dos años y más desde que anunció que no se presentaría.

Con el panorama despejado, también aclaran algunas perspectivas económicas para que el gobierno entrante gestiones las reformas iniciadas e introduzca que, realmente, provoquen la creación de empleo y la aceleración del crecimiento. Por mucho que la EPA del último trimestre haya sido positivo, los casi cinco millones de parados no estabilizan una economía lastrada y una ciudadanía que ha perdido la confinanza en este gobierno. La convocatoria electoral si puede dar un respiro o al menos crear expectación en muchos sectores, especialmente los financieros.

Pero Zapatero no se iba a ir de cualquier forma. Sin ilusión, con un gobierno bloqueado y sin iniciativas, no se le ha ocurrido otra cosa que fijar las elecciones el 20 de noviembre. Es una patochada propia de ZP, pero aunque así sea… es todo un alivio.

Editorial Estrella

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