miércoles, abril 24, 2024
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Como para bajarse en marcha

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Estaban en el PP en plena campaña de intento de involucrar a Rubalcaba en el asunto del Faisán cuando de pronto aparece la decisión judicial de sentar en el banquillo a Francisco Camps y tres de sus compañeros por uno de los flancos de la trama Gürtel. El vocerío de ayer se ha convertido en el silencio de hoy. El nombre del recién candidato socialista no aparece por ningún lado en el Faisán y, sin embargo, los mandos del PP exigen su cese inmediato como candidato socialista a las elecciones generales. El nombre de Camps estaba vinculado desde el principio a la Gürtel, no sólo a los trajes famosos, todo el mundo sabía que terminaría en el banquillo, y sin embargo, todo eran negaciones, cuentos chinos y milongas excusatorias. No les sorprenderá que ahora los socialistas exijan, como ya lo han hecho, la dimisión inmediata del presidente de la Generalitat valenciana. Rubalcaba ni aparece en Faisán. Camps se sitúa en el centro mismo de Gürtel. ¿Puede el partidismo llegar tan lejos en materia de atribución de culpabilidades como para volver las cosas del revés?

Y digo todo esto por supuesto sin negar la presunción de inocencia penal para nadie, la penal, sí, pero no la política. Hace ya más de dos años que políticamente era impresentable que Camps siguiera al frente del Gobierno valenciano y mucho más impresentable que repitiera luego como candidato al mismo puesto, sin que la sucesión de acontecimientos le llevara a él a dimitir ni a Rajoy a exigírselo, y por supuestísimo a no presentarlo para los comicios del 22 de mayo. Todo el mundo sabía que habría una decisión judicial de sentarlo en el banquillo. ¿Cuál es el juego de esta gente, la misma que la tomó con Bono, Chaves o Rubalcaba, ninguno de los cuales era requerido para nada por la justicia? Las dos varas de medir, el para mí lo ancho y para ti lo estrecho, el mundo según el color del cristal con que se mira, todas las figuras literarias y reales de la Historia que ustedes quieran. Una auténtica vergüenza. Una risa. Un esperpento en un país que consiente estas situaciones. Es como para bajarse en marcha.

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Pedro Calvo Hernando

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