miércoles, abril 24, 2024
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Villa por Candau. Mal empezamos

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Hace mes y medio, en esta misma tribuna, mostraba mi temor a que Buruaga fuera el sustituto de Jordi García Candau al frente de la Radio y Televisión de Castilla-La Mancha. Desatados los rumores fue el propio Ernesto quien despejó la duda y dijo que él no, que estaba muy a gusto en la COPE. La dirección general de las televisiones autonómicas suelen ser, y lo son, material muy sensible, más para los propios medios de comunicación que para los ciudadanos. Pero, no obstante, marcan el camino por donde va a discurrir el gobierno de turno en materia informativa. Así ocurre en todas las cadenas regionales y, por circunscribirnos a Castilla-La Mancha que es lo que toca, el nombramiento de Jordi García Candau como primer director de de RTVCM no hizo más que ensombrecer el alumbramiento de una tele que, ciertamente, querían y deseaban los ciudadanos. Primero con Bono y después con Barreda, la gestión de Candau se limitó a lamer la mano de quien le dio muy bien de comer. La censura y veto a todo lo que venía del PP y de la señora De Cospedal rayó en lo pornográfico. La manipulación en sus informativos fue tan palmaria que hasta sonrojaba a quienes la perpetraban por “ley de obediencia debida”. Claro que quien conocía las artes de Candau en TVE no le sorprendió, en absoluto, lo que ha hecho en todos los órdenes en RTVCM.

Pues siendo García Candau el diablo para De Cospedal y su entorno popular, y diluida la opción de Buruaga, muchos esperábamos de la presidenta un gesto semejante al que hizo Gallardón cuando llegó a la Comunidad de Madrid: nombrar para la dirección general a un gestor –Juan Ruiz de Gauna- para sanear Telemadrid desde el punto de vista financiero y llevar a cabo una política informativa transparente con sus sucesores, Silvio González y Francisco Giménez-Alemán.  

Doña María Dolores ha perdido una gran oportunidad para no parecerse a sus antecesores en Castilla-La Mancha. Es más, su decisión de nombrar a Nacho Villa como director general de la televisión autonómica es toda una declaración de intenciones. La presidenta ha tenido la ocasión de nombrar a una persona independiente, centrada, dedicada a gestionar y hacer de la tele y de la radio todo lo contrario de lo ha sido hasta ahora y que, ella y su partido, con razón, tanto han criticado.

Pues no, en lugar de optar por la independencia, la objetividad y, en definitiva, por el periodismo, se ha inclinado por la dependencia, la subjetividad y la sumisión. Exactamente lo mismo que Bono y Barreda con García Candau, pero el revés y mucho peor.

Con el nuevo director –un guiño en toda regla a la cardenalicia curia toledana- llega lo más rancio de la caverna, dispuesta –si se tercia- a volver a conquistar el Alcázar.  Tiempo al tiempo para ver por Toledo a las Curris, Estheres, Isabeles, Velas y todos los que pululan por las TDTPartys. Exactamente lo mismo que hizo García Candau, pero al revés y mucho peor.

No obstante, beneficio para la duda: a lo mejor Villa saca a relucir su vena periodística, esa que nunca sacó Candau. Aunque no creo, porque para eso lo han nombrado.

Y entre todo, el nuevo director general tiene una cosa altamente positiva. No tiene ni idea de gestión ni de cuentas. El que se va lo sabe todo de eso y de mucho más.

El caso es que De Cospedal sigue enseñado la patita dando, cada vez, más miedo al personal. La revancha no es buena consejera. La presidenta continúa con un mal comienzo.

Alfonso García

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