A Otegi ya no le sirven los asesinatos de ETA pero no se arrepiente de ellos. Ahora, al parecer, la violencia de la estrategia militar de ETA ‘sobra y estorba’. A las víctimas, que les den. Ni una palabra.
A Arnaldo Otegi ya le vale todo. Incluso, la Audiencia Nacional para hacer un mitin electoral. Para dirigirse a los suyos. Para reafirmar pactos espurios. El mundo al revés. Un juicio contra él por haber intentado reconstruir Batasuna le sirve como plataforma política y se permite, incluso, en su alegato final, reconocer que Bildu es Batasuna. “Éramos cuatro y ahora somos 313.000”. Algo así como gracias a los cuatro que mataban estamos donde estamos.
Ahora, en cambio, ya no le sirve la violencia militar. Ya no hace falta. Pero intentando borrar la memoria de las víctimas. Porque, sin borrar la memoria de las víctimas, la victoria no será completa. Otro escándalo.
¿Y ahora qué? ¿Quién le va a poner el cascabel al gato? ¿Cómo van a meter a Otegi en la cárcel si Bildu está legalizada y él es el padre de Bildu? Porque la Audiencia Nacional seguramente le condenará a 10 años. Y el Supremo, seguramente, ratificará la sentencia. Pero, ay, cuando recurran al Tribunal Constitucional… ¿Qué pasará cuando recurran al Tribunal Constitucional? Nada. Le absolverá.
Y el paso siguiente será presentarse a lehendakari.
El Gobierno sigue cabalgando sobre un tigre… y a algunos nos da mucha pena.
Pinocchio