martes, marzo 19, 2024
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Desahuciados: Los nuevos parias

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En el transcurso del Debate sobre el Estado de la Nación, se ha producido el acuerdo entre el gobierno y la oposición para incrementar del 50% al 60% el valor mínimo de subasta de una casa embargada ante la falta de pago de las hipotecas.

Hasta ahora, un banco podía adjudicarse un inmueble por el 50% del valor de tasación en caso de impago. Dado que ese importe, normalmente, no cubre la deuda, el ejecutado, además de perder su casa, debía hacer el frente al resto del débito con sus bienes presentes y futuros, incluyendo su nómina. Es cierto que la elevación del 50% al 60% supone un avance, pero también es cierto que nuestra sociedad reclama ir más allá.

Desde el año 2007 alrededor de 275.000 personas han perdido sus hogares por falta de pago y existe una previsión de otros 350.000 casos a futuro. Es muy posible que una buena parte de estas personas hayan recalado en la economía sumergida ya que es una forma de eludir el abono del resto de la deuda reclamable y los tiempos que corren son muy duros.

Dado que una hipoteca es un préstamo con garantía, parece de sentido común que, debería bastar con la entrega de la misma para cancelar la deuda. Esto es lo que se denomina dación en pago y es un sistema que opera en Estados Unidos. En nuestro país este sistema también existe, pero actúa por acuerdo entre las partes y no de forma automática.

Desde diversos sectores de nuestra sociedad se viene pidiendo la instauración de este sistema, pero existe una fuerte oposición, fundamentalmente,  del gobierno y de los bancos.  Los argumentos que emplean son que se encarecerían las hipotecas, que bajaría el porcentaje máximo de financiación, que habría más comisiones y más intereses y además que, ahora mismo, vendría a agravar la crisis del sector financiero.

Ahora bien, a pesar de lo que dicen, debemos tener en cuenta un par de cosas. La primera es que la competencia es la mejor de las situaciones posibles y fijada la dación en pago como norma, la simple competencia entre entidades financieras haría que el sistema fuera posible con unos costes razonables. Así es como funciona nuestro sistema de economía de mercado.

Y la segunda es que la mala praxis de las entidades financieras, en los últimos años, nos ha conducido a una situación como la que estamos viviendo en estos momentos, es decir, a 275.000 personas desahuciadas y a que tengamos que reflotar el sector bancario con nuestros impuestos.

Y además, se da el agravante de que en el caso de los desahuciados, si no han recalado en la economía sumergida, también tienen que contribuir con sus ingresos a apuntalar al sector financiero, es decir, que se han convertido en unos parias completos. No parece que las instituciones financieras reciban, por la vía actual,  la parte de responsabilidad que les corresponde en una situación como la que han generado.

Esperemos que de cara a futuro se imponga la sensatez y el sentido común y  pasemos a un sistema de dación en pago, dejando así de fabricar nuevos parias en nuestro país.

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José Luis Martín Miralles

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