jueves, abril 18, 2024
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Inteligentes o idiotas

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Si a una persona le ofreces la posibilidad de elegir entre ser inteligente o idiota, no te apresures a contestar que elegirá ser inteligente, pues te sorprendería saber cuántos a tu alrededor son libres para elegir y deciden ser idiotas.

Todo esto viene al hilo de un correo profesional que recibí el otro día. Como sabrás, me dedico al marketing digital y controlo varios portales Web semánticos sobre distintas especialidades. Uno de ellos está dedicado a los cerdos de España. No estoy hablando de políticos, me refiero a los cerdos paquidérmicos, esos que nos comemos los cristianos sin pudor y con deleite. Este portal de jamones se dedica a divulgar y dar a conocer las excelencias de nuestro producto estrella de la gastronomía; el jamón. Aquí se anuncian empresas y todo tipo de variedades de perniles. 

Pues bien, nos escribió el Sr. Riveriño de una empresa de jamones de Galicia de cuyo nombre no quiero acordarme ni mencionar, porque relacionarse con imbéciles te puede contagiar. Así que mejor mantenerse al margen y guardar distancias. Esta empresa dispone de una página web y requería nuestros servicios para potenciarla en Google y así conseguir un mayor número de visitas. Esta es una de las especialidades de mi empresa ya que somos expertos en posicionamiento y SEO.

A la empresa le llamaremos ‘Xamones Parvo’ por poner un nombre de referencia. Después de hacer un estudio analítico de su web, le informamos que la teníamos que rehacer completamente pues su web está en gallego y ello no tiene futuro ni proyección comercial ni audiencia, claves esenciales para la introducción de un producto en el mercado.

¿Quién busca la palabra “xamón” en Google? Nadie, potencialmente solo lo podrían buscar los gallegos profundos, pero justo esos potenciales clientes no saben utilizar Internet y posiblemente no  entiendan de qué estoy hablando.

A pesar de explicarle todos estos argumentos, ‘Xamones Parvo’ nos contestó que no podía poner la web en español porque perderían las subvenciones. Ahí es donde se me disparó la alarma. “¿Usted que quiere, vender o hablar gallego?” Su página web recibe una media de 30 visitas al día que sin duda, son las que hacen los empleados y familia. ¡¡Pero en qué siglo estamos!!

Mis argumentos no servían de nada, el Sr. Riveriño seguía insistiendo en que era interesante tenerla en gallego ya que existían cientos de páginas web en dicho dialecto… ¿Páginas que nadie lee?, ¿Todas subvencionadas?

Al final no anunciamos su empresa en nuestro portal ni le modificamos su web porque aquello parecía un diálogo de besugos y es que lo he dicho muchas veces, con imbéciles no puedes discutir ni hacer negocios. Ellos van a piñón fijo, saben más que tú y te ganan. ¡¡Y encima a marear!!

Pero la alarma ya se me había disparado, ¿Cuántas web subvencionadas existen en gallego? ¿Y cuántas en vascuence, catalán y valenciano? Páginas que pagamos todos los españoles y que nadie lee.

No se puede ir en contra del sentido común y de la realidad nacional. Ni un solo periódico, publicación o web existiría en España si no fuera por las subvenciones. Dinero que nos roban a todos los ciudadanos para mantener a chupópteros apoltronados.

Y ahora para rematar la idiotez nacional y que no haya discriminación endogámica, tenemos hasta YouTube. Con esta tecnología, hasta los canarios pueden hacer sus webs en “silbo” y colgarlas en Internet.

No quiero ser derrotista, hay muchos españoles que teniendo la posibilidad de elegir, deciden ser comercialmente inteligentes. Por ejemplo, me viene a la memoria el caso de Josep Sergi Capdevila ¿Qué quien es? Es un cantante catalán que seguro conoces. Se lanzó a la popularidad con el nombre de Sergio Dalma. 

No estoy insinuando que Sergio sea un patriota español, estoy afirmando que comercialmente fue inteligente y decidió abrirse al mercado español y al hispano.

Pero no es el único caso, hay muchísimos. Recuerda a Juan Manuel Serrat. Toda la vida ha sido “Juan” hasta que el “Sistema catatónico” le sugirió, cuando dejó de cantar, que se podía rebautizar y llamarse “Joan”.

Hay muchísimos casos en todos los campos, por ejemplo en la alimentación. Muchas empresas catalanas para vender sus productos en toda la península utilizan la ingeniería comercial para hacerse pasar por productos nacionales y así esquivar el rechazo que muchos consumidores tienen a los productos catalanes por la política estúpida que ellos mismos consienten y practican.

La que se lleva la palma es una marca de salchichones catalana, que sus inteligentes directivos lo bautizaron con el topónimo “Espuña”. No sé si quieren recordar la palabra España o La Sierra Espuña de Murcia, pero en todo caso no se hacen llamar “Espunya” que sería lo catatónico o catalán.

Pero ya se sabe, la pela es la pela, y por la pela hablo como quieras.

Mientras unos son idiotas a la hora de vender, tú puedes elegir y ser inteligente a la hora de comprar. Elige “inteligente” porque te puedo asegurar que “idiota”,  aunque no lleva tilde, se acentúa con el paso de los años.

 

Estrella Digital respeta y promueve la libertad de prensa y de expresión. Las opiniones de los columnistas son libres y propias y no tienen que ser necesariamente compartidas por la línea editorial del periódico.

Juan Vicente Santacreu

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