Empezaré diciendo que don José Bono, la tercera autoridad del Estado como Presidente de Las Cortes Generales, no debería haber ido nunca a un programa de televisión a defenderse de una serie de acusaciones de las que, al parecer, ya le han exonerado los tribunales, y mucho menos para atacar e insultar a un medio de comunicación como si fuese uno más de los alborotados y ‘dinamiteros’ que existen en ese programa siempre dispuestos a montar follón. Y lo haré, porque, posiblemente, al Presidente de Las Cortes Generales se le haya olvidado la alta dignidad que ostenta y lo que ello representa y, por supuesto, que la libertad de prensa, aunque no le guste a su Excelencia, forma parte de la democracia. Es más, debería saber también que a la libertad de prensa se le debe permitir, incluso, que traspase sus propios límites porque esa es la única manera que existe de controlar al poder político. A gente como él. Y, por supuesto, que se le haya olvidado que el insulto como descalificación es impropio de un político de su alcurnia.
Pero eso, a fin de cuentas, no es más que un problema de don José y de ese afán suyo por ser el muerto en el entierro. Porque, aunque crea lo contrario, su entrevista en La Noria no era más que la imagen de un muerto en su propio entierro. Un Presidente de las Cortes Generales no podía haber caído más bajo.
Pero, como decía, eso no es lo más grave. Lo más grave sucedió ayer en la sede del Congreso de los Diputados. Si la falta de categoría política de la tercera autoridad del Estado en Tele5 fue imperdonable, más imperdonable es aún que haya jugado con las víctimas del terrorismo, montándoles una pantomima de acto en el que se suponía que se les iba a rendir homenaje.
Mientras Bildu hacía de su capa un sayo en el País Vasco y Arnaldo Otegi se proclamaba “pacifista” en la Audiencia Nacional lo que no deja de ser una burla, don José Bono, Presidente del Congreso de los Diputados y, por ende, Presidente de las Cortes Generales, no permitía hablar a las víctimas del terrorismo en la casa que representa a la soberanía nacional. Ni siquiera permitió que la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundúa, tuviera oportunidad de tomar la palabra en representación de todo el colectivo. Rectifico lo dicho: un Presidente de Las Cortes aún puede caer más bajo.
Supongo que el señor Bono anda, estos días, en campaña personal y necesita salir en las fotos como sea. Es posible que necesite lavarse la cara para presentarse, tras el batacazo que intuye del PSOE en las cercanas elecciones generales, como el salvador de los socialistas e, incluso, de España. Pobre socialismo español y pobre España si les hacen caso.
De todas maneras, don José Bono se equivoca. Ninguna de esas dos opciones justifica su falta de pudor y su abundancia de obscenidad. Indignas, por supuesto, del cargo que ostenta en este momento.
Pinocchio