martes, abril 23, 2024
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Bono, profesor de periodismo

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El Presidente del Congreso, José Bono, tiene esa impronta cardenalicia de intentar sentar cátedra en todas sus palabras. Lo último es lo que ha dicho sobre la decisión de Rubalcaba de apear de su equipo de campaña a José Blanco, criticando a quienes pretender levantar una noticia con este asunto. «Con la que está cayendo», ha dicho Bono,  son ganas de «hurgar en una herida que no tiene infección».

Pues a lo mejor es verdad. Es posible que no tenga infección, pero su locuacidad ha reconocido que sí existe herida y que ha habido hemorragia. El hecho de que no tenga infección no quiere decir que no la vaya a tener.

Bono sabe perfectamente que Blanco ha sido “engañado”  por Rubalcaba en quien se apoyó para aparcar a Carme Chacón en la carrera por la candidatura.  Y también sabe el manchego que Rubalcaba no quiere en su equipo a nadie que le relacione con la peor etapa de Zapatero. Únicamente una excepción: Jesús Caldera, que representa lo mejor del ‘zapaterismo’ y que fue apartado del Gobierno y de cargos importantes del PSOE sin que nadie haya dado explicaciones.

Blanco se va a quedar ahora sin la posibilidad de repartir favores y hacer clientelismo, lo que tanto éxito le ha reportado hasta el punto de impedir un “levantamiento” interno contra ZP.  A Blanco no se le puede negar que él es el autor de Zapatero, en lo bueno y en lo malo. Y como ahora estamos en lo malo, a nadie le gusta tenerlo de compañero de viaje. De hecho el planteamiento de la pasada campaña –al margen de otros contenidos de fondo- ha sido un rotundo fracaso como se ha visto en los resultados autonómicos y municipales.

A Bono le gusta ejercer de patriarca apaciguador. Está en su derecho. Pero nadie se cree a estas alturas que sienta el más mínimo respeto ni corporativismo político hacia José Blanco, por quien sentía un profundo desprecio político a raíz de la encerrona del 35 Congreso del PSOE que ganó Zapatero. Ese desprecio se materializó cuando Blanco le propuso, para compensar su derrota, ser Presidente de Honor del Partido Socialista. Bono le respondió que no era él quien tenía que hacerle esa propuesta. A su entender, porque no tenía categoría política y habría esperado que la oferta se la hubiera hecho Zapatero.

Estar al lado de Bono supone estar siempre alerta porque siempre se puede aprender de él. Lo sabe casi todo y es una persona muy instruida y pendiente de sí mismo. Dicen que él es su mejor asesor de comunicación. Por eso hay que estar muy pendientes cuando, como ahora, da clases de periodismo.

Si ha tratado de despistar, es que hay noticia.

Editorial Estrella

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