El ordenador para los hiperconectados ya está aquí. Todo está en la red: los programas, los documentos, los archivos. Olvide la dictadura de Windows, las molestas actualizaciones, los programas caros y ese lento arrancar que nos desespera. Google lanza Chromebook, el ordenador pensado para la nube –cloud computing- cuando todo está en internet, accesible desde cualquier lugar. Rápido, sencillo, liviano. Con los programas en red, la mayoría gratuitos. Un ordenador webcéntrico, con internet como nervios y cerebro. El fin de la era del PC autónomo. Pero llega tarde, por detrás de tabletas como iPad y las plataformas de aplicaciones que permiten acceder a cualquier contenido y servicio. Una revolución que se antoja obsoleta desde que Google anunció su desarrollo a finales de 2009.
¿Para qué utilizar un ordenador, con su teclado y su pantalla (convencional, no táctil), cuando se puede disfrutar de una tableta, más rápida y sencilla? ¿Son los programas en la web de Google el futuro o las aplicaciones simplifican el acceso y el uso a servicios y contenidos en cualquier plataforma?
En la respuesta a esas preguntas está una revolución tecnológica, un desafío de usabilidad y comodidad para los usuarios, y un modelo de negocio.
El negocio de Google está en la publicidad. El Gran Buscador es el mayor comercializador de publicidad en internet. Google quiere mantener esa posición y costear con publicidad sus servicios. Apple es la plataforma líder de las aplicaciones, programas para acceder a cualquier tipo de contenido y servicio con la comodidad de un toque con el dedo en las pantallas táctiles. La empresa de Steve Jobs apuesta por el pago por las aplicaciones más útiles y deseadas y el acceso gratuito a las más comunes o en el navegador. La web ya está en casi todas las pantallas; las aplicaciones colonizan una tras otra.
Por qué usar Google Docs en una pantalla boba irremediablemente atada a Google si puedo guardar mis documentos en la nube en Dropbox, iCloud o cualquier otro servicio y editar sus contenidos con varias aplicaciones y programas en red a los que también se accede desde los navegadores de los móviles y tabletas. Por qué renunciar a Skype, Photoshop o cualquier otro programa que no pertenezca a Google cuando puedo tener sus aplicaciones en móviles y tabletas.
El Chromebook de Samsung no tiene la elegancia ni la movilidad de Apple, se limita a los programas de Google y no funciona si no hay conexión. Android, la plataforma móvil de Google, funciona con aplicaciones, ¿podrán utilizarse en Chromebook?
Demasiadas incógnitas para un proyecto sin ventajas de usabilidad ni funcionalidad respecto a ultraportátiles o tabletas. Dirigido a quienes añoran un teclado físico integrado en el aparato -existen varios modelos para tabletas- y quienes confían en que Google mantenga la gratuidad de sus programas, buenos, pero no suficientes para todo, y dispuestos a depender de un solo servicio, una sola cuenta con control sobre todos los datos y archivos.
Para el resto, el ordenador web de Google llega tarde y demasiado limitado. El PC y las tabletas dan mayor libertad aunque haya que pagar algo más para disfrutar la diferencia.
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Juan Varela