viernes, marzo 29, 2024
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Acoso a Garzón

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Es curioso, el juez Garzón no ha gustado nunca a casi nadie, pero todos le hacían la pelota, políticos, jueces, fiscales y periodistas de renombre sobre todo. Garzón, que en los años 90 inauguró la categoría mediática de “juez estrella”, va a ser también quien abra otra nueva, la de “juez estrellado”, descontando a Gómez de Liaño. Aunque eso es otra historia.

De los procesos abiertos que tiene Baltasar Garzón, el que probablemente va  a acabar con su carrera va a ser el del “caso Gürtel”. Durante la instrucción del sumario en la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón ordenó grabar conversaciones en la cárcel entre algunos abogados de la trama corrupta y sus clientes. Las escuchas fueron anuladas y el juez, imputado por prevaricación y por un delito contra las garantías de la intimidad.

Estamos ante un turbio asunto en el que se podrían estar mezclando celos, venganzas e, incluso,  fraude de ley, como algunos juristas de reconocido prestigio califican la querella presentada por los abogados de algunos imputados contra el juez.

Por eso, la decisión del magistrado del Tribunal Supremo, Alberto Jorge Barreiro, de abrir juicio oral contra Garzón es, cuanto menos, controvertida ya que no parece que se hayan realizado todas las diligencias que requiere el caso ni se hayan acabado las investigaciones. Sorprendente es la celeridad en juzgar a Garzón mientras el juez Pedreira, instructor del sumario, no hace más que encontrar problemas y falta de medios para acometer el mayor escándalo de corrupción de la reciente historia de España. Sorprendente es, igualmente, que no quepa recurso ni protesta, salvo la pataleta o declaración en prensa que pudiera realizar Garzón. Casi con toda seguridad, el “exjuez estrella” se sentará en el banquillo antes que los “Correa boys”.

Tiene narices.

La campaña que está sufriendo Garzón desde diferentes frentes no es fruto de la casualidad y todo parece responder, según los indicios a la vista, a una campaña extraordinariamente bien orquestada. Los más atrevidos hablan de complor. Desde el procesamiento a Pinochet, la extrema derecha, que no tiene prisa ni tampoco pausa e incluye en su red a casi todos los sectores de poder, señaló al magistrado como prescindible. Después de varios intentos, algunos judicialmente activos como el de los crímenes del franquismo, lo han conseguido pero será “Gürtel” quien se lo lleve por delante.

Lo echarán de la judicatura pero, al tiempo, habrá dejado al descubierto a quienes, desde sectores empresariales, políticos, mediáticos y de la propia justicia, siguen teniendo la corrupción y “las comisiones” como derecho innato y coto privado.

Motivos más que suficientes para acosar a un juez. Siempre han sido intocables. Esta no iba a ser una excepción.

Mal asunto.

Alfonso García

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