jueves, abril 25, 2024
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La hora de Basagoiti

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La manifestación contra la “tregua trampa” organizada por una asociación escindida de la AVT, en la calle Serrano de Madrid este fin de semana,  contó con la presencia destacada de un sector del PP, habitual en este tipo de actos. Mayor Oreja, Aguirre y otros parecen seguir su propio recorrido al margen de las políticas generales de su Partido, y hacen que cada uno sus actos parezca más un desafío a la dirección que un ejercicio de política contra los adversarios.

Como si se tratase más de una demostración de fuerza personal, el ala radical del Partido parece querer atribuirse la autoridad moral y la firmeza en un asunto tan importante. Y se equivocan.

La autoridad moral la poseen aquellos que viven en el País Vasco, y padecen cada día de su vida el verdadero rigor del terrorismo en cualquiera de sus variantes y que es ejercido tanto por los pistoleros como por los agitadores fanáticos que los alimentan. Se trata de dirigentes populares que han demostrado una cintura política y una inteligencia estratégica muy por encima de la simplicidad que acompaña a los planteamientos de líderes superados por la historia pero que tratan de aferrarse a un protagonismo que, sinceramente, ya no les pertenece.

No cabe duda del papel fundamental que Antonio Basagoiti y su equipo tienen en la normalización de la vida de Euskadi, y menos aún del compromiso que Mariano Rajoy ha mostrado con una generación renovada de líderes populares en el País Vasco, atentos a la realidad y a la decisión de combatir a ETA aprovechando todas las oportunidades, incluida la de apoyar al lehendakari López en su política de erradicación de la criminalidad, de la impunidad y de sus símbolos, dando estabilidad a su Gobierno.

En nada ayuda al proyecto estratégico del PP y al liderazgo político y social de Rajoy, el continuo desafío de los representantes de la vieja guardia que parecen conjurados para poner trabas  en la carrera del partido hacia la Moncloa. Recuerden, además, la actitud de la Señora Aguirre con respecto a la candidata elegida por los órganos de gobierno del PP asturiano, y el apoyo a un político como Cascos que organiza un partido para competir con el PP, debilitando la imagen de unidad tan necesaria ante los desafíos electorales.

Al inmiscuirse en la política asturiana, pretendiendo protagonizar la vasca,  y cuestionando el liderazgo de Rajoy y su itinerario estratégico hacia la Moncloa, revelan que la ambición de los que cada día están más fuera de la realidad puede ser un escollo para conseguir el cambio que la sociedad española reclama con fuerza. Esta es la hora de políticos como Basagoiti y Rajoy y no la de aquellos que tienen el reloj parado o que llegan con retraso a los tiempos que vivimos. Extraña contrariedad.

Editorial Estrella

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