jueves, abril 25, 2024
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¿Qué es flexible?

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No puede ser flexible  la elección de la edad de la jubilación, por tanto suena a entelequia o ardid de envoltura semántica la designación de ese término para esquivar la recomendación que varios grupos –entre ellos, el PP- defendieron en el Pacto de Toledo:  que la prolongación de la vida laboral fuera voluntaria e incentivada.

También saben los populares, que se abstuvieron en la votación de la reformulación aprobada, que la prolongación de la jubilación de forma voluntaria e incentivada no resuelve, en sí misma,  la complicación de un sistema que ha perdido dos millones de cotizantes a la Seguridad Social desde que estalló la crisis,  y que augura –si la demografía no lo remedia- un solo cotizante por cada pensionista en 2060, frente a casi tres veces la relación actual.  No hay milagros.

El obstáculo de los 67 años  se resolvía con el acuerdo in extremis de CiU con el Grupo Socialista para aportar una fórmula ambigua que permita al Gobierno aprobar sin ahogos  su anteproyecto de Ley de la reforma de las pensiones  este viernes,  y continúe negociando con los sindicatos.

El discurso de Emilio Olabarría, el portavoz del PNV que ha avalado también la reformulación para el alargamiento de la vida laboral sonó denso, pero creíble.

No puede llevarse la cuestión a un “simplismo reduccionismo” –dijo-  ni colocar en el ojo del huracán el debate sobre la reforma de las pensiones que, como señaló el popular Antonio Gallego Burgos, es en sí mismo dinámico y  en continua reforma.

El Congreso dio un reconocimiento generalizado al aprobar de manera abrumadora  el dictamen de la Comisión del Pacto de Toledo, centro de la expectativa de millones de españoles.  Huelga tener en cuenta las atribuciones que unos y otros se hacen sobre la defensa del sistema, blindado desde el nacimiento del Pacto de los avatares electorales. 

Otra cosa es el debate puesto encima de la mesa por la izquierda de ERC/IU/ICV sobre la compatibilidad de los sueldos de los expresidentes,  y el defendido con la claridad que le es propia por la diputada de UPyD sobre la equiparación de derechos de los diputados, senadores y parlamentarios autonómicos con el resto de trabajadores.  Si el primero ofrece controversia, y tiene interés, el segundo no es baldío.  Porque si la crisis arrecia, han de sufrirla también sus señorías,  y si el tiempo amaina, que salga el sol para todos.

Chelo Aparicio

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