viernes, abril 19, 2024
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Descrédito galopante

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Si fuera por los resultados de las últimas encuestas conocidas, Zapatero ya habría vuelto a León y Rajoy sería el inquilino de La Moncloa. A pesar de que son encuestas, la buena llegará el 22 de mayo, mucho tiene que cambiar la dirección del viento y la gestión del Presidente del Gobierno para que puedan darse variaciones notables de esos datos, según los cuales, el PSOE perdería la mayor parte de su poder. No solamente los populares aventajan a día de hoy a los socialistas en 11 puntos ante unas elecciones generales, sino que en los comicios del 22-M el PP podría recuperar algunas plazas autonómicas y municipales y, lo que sería peor para los socialistas: perder comunidades históricas como Castilla-La Mancha y Extremadura donde llevan gobernando desde la transición.

La confirmación de las actuales intenciones de voto habrán de confirmarlas los ciudadanos, pero amén de adivinarse una gran abstención, lo que también se lleva vislumbrando desde hace tiempo es la caída en barrena del PSOE y la incapacidad que transmite su Secretario General y Presidente del Gobierno para sacarnos de la crisis.  Y no solo los votantes socialistas tienen estas percepciones, también sus votantes, muchos de los cuales han dejado ya de conceder más crédito a Zapatero y dudan seriamente de que sea el líder capacitado para solucionar nuestros problemas.

Hasta tal punto es así, que una de las encuestas añade que las cosas cambiarían si el hombre fuera Pérez Rubalcaba. No solo podría salvar al PSOE del hundimiento, sino mantener las llaves de La Moncloa.

No dejan de ser encuestas pero, realizadas ambas por medios que se encuentran en las antípodas ideológicas, van calando como lluvia fina y son muchos los dirigentes socialistas, alcaldes y presidentes autonómicos los que tienen muy interiorizada la idea de que para el 22-M les espera una doble batalla: ganar al Partido Popular y a Zapatero.

Y es que, con independencia de la coyuntura económica mundial, pocos líderes han dilapidado tanta credibilidad en tan poco tiempo.
Podría decirse que del famoso ¡“Zapatero, no nos falles”! del 2004, hemos pasado al ¡Zapatero, no nos jodas más!”. Con perdón.

Editorial Estrella

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