Las previsiones, como un columpio, van y vienen dependiendo de quién las empuje. Y como las encuestas, fallan en demasiadas ocasiones. Gobierno, sindicatos y empresarios están a punto de entenderse en materia del gran pacto social que pretenden cerrar. Todo acercamiento, de momento, no incluye las pensiones, el principal obstáculo para llegar a acuerdos. Los sindicatos, en particular UGT, que pretenden negociar cuando toque y sin interferencias ajenas, han recopilado una serie de estudios de los expertos más reconocidos para demostrar que quienes hablan de crisis en la Seguridad Social, en muchos casos, sólo pretenden generar incertidumbre. En el recopilatorio de estudios destacan varios.
En 1995 el Servicio de Estudios de La Caixa publicó un informe titulado “La reforma del sistema público de pensiones en España”, el equipo de investigación lo aportó FEDEA, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada. Entre sus proyecciones aseguraban que entre 1995 y 2025 habría un crecimiento absoluto de población de 1,3 millones de personas. ¿Qué pasó realmente? En 13 años, de 1996 a 2009, el crecimiento ha sido de 7,1 millones. El padrón municipal de 2010 sumó 47 millones de habitantes. Así que nuestros expertos desviaron sus previsiones en un 15 por ciento.
Otro de sus análisis estimaba que para 2010 el total de pensiones en el Sistema de la Seguridad Social sería de 8,7 millones de pensiones y los afiliados 14,4 millones. De nuevo, ¿Qué ha pasado? En plena crisis y después de haber perdido dos millones de puestos de trabajo hay 7,9 millones de pensiones y 17,6 millones de afiliados.
Los expertos de la FEDEA, entre sus profecías más defendidas, establecieron que entre 1995-2025, el déficit del sistema de pensiones sería de 1,3 puntos del PIB español. A día de hoy, no hay déficit y el Sistema ha producido un Fondo de Reserva de la Seguridad Social de 60.000 millones de euros, más de un 5 por ciento del PIB de 2009. Incluso el Secretario de Estado de la Seguridad Social informaba al Congreso que el Fondo de Reserva se había multiplicado desde octubre de 2003 a octubre de 2008 prácticamente por cinco.
Más informes. En 1995 la Secretaría General de la Seguridad Social publicó su Estudio Económico Actuarial titulado “La seguridad Social en el umbral del siglo XXI”. Por supuesto, sus predicciones no han sido de lo más acertadas. En el informe fijaron las pensiones de jubilación en 2009 en 3,8 millones, y las pensiones de jubilación en 2030 en algo más de 5,1 millones. ¿Qué ha sucedido? La proyección del número de pensiones que hizo la Seguridad Social en 1995 ha tenido una desviación del 34 por ciento y el sistema sigue funcionando sin problemas. En total, en 2009, con algo más de cinco millones de pensiones, se superó la cantidad de pensiones de jubilación que estimaban se alcanzaría en el 2030.
No sólo los análisis más reconocidos se equivocan. El Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, como detallaba Cándido Méndez en un artículo reciente, en diciembre de 2007 afirmaba que «los fundamentos del sistema financiero global siguen siendo sólidos y los balances bancarios están saneados». Un año después, nos hundíamos en la crisis financiera más grave de los últimos años. Otros, continúa Méndez, los 100 expertos de la reforma laboral. Alguno de ellos proclamaba el pasado mes de abril su «envidia sana de Irlanda» alabándola porque «el mercado ha considerado los planes presupuestarios irlandeses creíbles, y esto ha (sic) reducido su prima de riesgo. Los que hayan hecho sus deberes, como Irlanda, respirarán tranquilos…». Profético, concluye. El propio MAFO, a finales de diciembre, atacó el sistema de pensiones sin tener voz ni voto en la mesa del Pacto de Toledo y basándose en datos tan fiables como los anteriores.
Por eso se empeñan los sindicatos es desmentir profecías de los mejores expertos, para intentar negociar un pacto de Estado sin interferencias, sin falsas premisas. Porque aseguran que las reformas de hoy, necesarias muchas de ellas, deben negociarse con el único interés del bien general y alejadas de los intereses soterrados de expertos y fundaciones. A favor o en contra de sindicatos y empresarios, más vale que sean actores fuertes en la mesa del futuro pacto global, porque si el Gobierno reforma las pensiones como pretende, la jubilación de alguien de treinta años podría llegar a los setenta, una edad que, para jubilarse, y por seguir en la línea de las previsiones, supera con creces la de muchos ciudadanos.
Pilar Velasco