El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado a la “número dos” de Tomás Gómez en el PSM, Trinidad Rollán, a ocho años de inhabilitación por un delito de prevaricación cuando era alcaldesa de Torrejón de Ardoz en 2001.

Para situar el caso, a Rollán y otros concejales de su equipo se les acusaba de aprobar un convenio urbanístico saltándose el informe en contrario del secretario del Ayuntamiento que lo consideraba irregular.

Hace diez años, la Alcaldía del municipio madrileño, vendió un terreno municipal a la empresa “Patrimonios Siglo XXI” por más de tres millones de euros para construir Viviendas de Protección Oficial. Esta operación fue denunciada seis años después por un concejal socialista disidente y el proceso judicial ha desembocado en la sentencia del TSJM que ha aceptado la petición de pena máxima de ocho años de inhabilitación propuesta por el fiscal.

 En este asunto no han faltado denuncias y traiciones,  declaraciones confusas e informes de cargo que unos decían conocer y otros no. Pero lo cierto es que hay que atenerse a lo que ha decidido el tribunal que ha juzgado el caso. Y el caso es que se ha dado por bueno que existió prevaricación administrativa.

No parece que estemos ante un caso de corrupción ni enriquecimiento ilegal, sino de la toma de una decisión producto de la ignorancia de una edil recién llegada y, probablemente, desconocedora de leyes y ordenanzas municipales. Pero el desconocimiento de los reglamentos no la eximen de su cumplimiento. De hecho, las 500 viviendas públicas están construidas.

El PSM, sin embargo, parece no haber entendido lo que tenía entre manos .

Ante la sentencia del TSJM, Tomás Goméz, lejos de apartar a Rollán del cargo, vuelve tropezar en su mismo error y limitarse a anunciar que recurrirá ante el Tribunal Supremo, muy legítimo, por otra parte.

Pero en la explosión del “Caso Gürtel” –en el que sigue habiendo muchas zonas oscuras- el PP ha utilizado el “Caso Torrejón” para sacarle los colores al PSM sin que el líder socialista haya sabido reaccionar. Es más, Tomás Gómez se ha enrocado en un apoyo inquebrantable a su mano derecha que le ha llevado a decir frases tan desafortunadas como «Es como comparar un atraco a un banco con una multa de tráfico”.

Por muy escandaloso que sea el “Caso Gürtel”, que viene sacudiendo las entrañas del PP, no debería servir de justificación al PSM  para considerar que lo de Trinidad Rollán es asunto menor.

En política no caben asuntos menores y, en este caso, Tomás Goméz –el hombre que dijo NO a Zapatero- no parece haber calibrado la envergadura del asunto. Hasta tal punto parece que es así, que sigue evitando tomar una decisión para despejar las dudas sobre su aparente paralización en la gestión de esta crisis.

Más cuando los jueces  ya se han pronunciado.