viernes, abril 19, 2024
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El encuentro fresisuis sin valor nutritivo

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Un fresisuis tamaño grande de los que venden en los badulaques 7-Eleven contiene más de 550 calorías, 142 gramos de carbohidratos y 0 gramos de proteínas.

Es por tanto adecuado que el primer encuentro entre el Presidente Obama y los líderes Republicanos desde las elecciones se bautice «el Encuentro Fresisuis» — algo sin ningún contenido nutricional. El nombre, escogido por Obama, alude a su discurso en campaña acerca de la forma en que los Republicanos se mantenían distanciados, «bebiendo fresisuis» mientras los Demócratas sacaban la economía de una zanja.

El Encuentro Fresisuis del martes dio lugar exactamente a lo que todo el mundo sabía que daría lugar: nada tangible aparte de un acuerdo de seguir hablando de las áreas de discrepancia. En la práctica, las dos partes no pudieron ponerse de acuerdo ni siquiera en la logística del encuentro sin contenido nutricional.

En primer lugar, los Republicanos solicitaron el aplazamiento de la reunión, que se suponía iba a tener lugar hace dos semanas. A continuación las dos partes se presentaban el martes a un elaborado concurso por la atención de los medios tras la reunión de las 10:30 de la mañana.

Los Republicanos hicieron planes de comparecer ante las cámaras en el acceso a la Casa Blanca inmediatamente después de la sesión, pero entonces la Casa Blanca anunció que Obama realizaría una declaración televisada a las 12:20. Los líderes Republicanos anunciaron en represalia una rueda de prensa en el Capitolio a las 12:30. Obama aplazó entonces su declaración de las 12:20, y antes de que los Republicanos pudieran cerrar su conferencia de prensa, él dio inicio a su declaración rival — obligando a las cadenas del cable a abandonar el acto Republicano.

Tampoco es que alguna de las partes tuviera mucho que contar. «Por algo hay Demócratas y Republicanos», decía el presidente de la Cámara entrante John Boehner durante su rueda de prensa. «Creemos en cosas diferentes».

«Tenemos dos partidos por algo», decía Obama unos minutos después. «Hay verdaderas diferencias filosóficas».

Durante la duración de la legislatura saliente del Congreso, parece que esas diferencias van a impedir que se haga algo con sustancia. Hay esperanzas de un acuerdo económico para mantener en marcha la administración — temporalmente. Hay esperanzas de un acuerdo en la ampliación de las bajadas tributarias Bush – temporalmente. Las medidas que vayan más allá de la variedad «parche» — en inmigración, energía, contención del déficit federal — van a tener que esperar.

Firmando en la edición del Washington Post del martes, Boehner y el líder Republicano en el Senado Mitch McConnell dejaban claro que no acuden a la Casa Blanca a negociar. «Los Republicanos escucharon a los votantes alto y claro», escriben, afirmando que darán a los estadounidenses «una voz en la mesa» del Salón Roosevelt.

El problema de eso es que los estadounidenses piden básicamente fresisuis: en abstracto, quieren un presupuesto equilibrado pero rechazan las decisiones difíciles que hacen falta para llegar allí. El sondeo Wall Street Journal-NBC News de noviembre concluye que el 70% de los estadounidenses está descontento con los recortes de Medicare, la seguridad social y el gasto en defensa, mientras el 59% se dice descontento con la subida tributaria. Lo que necesitan los estadounidenses no son legisladores que satisfagan su deseo de calorías vacías, sino líderes que les convenzan de comerse la verdura.

Ese liderazgo no se manifestó en el Encuentro Fresisuis. La víspera del encuentro, el secretario entrante de la mayoría en la Cámara Eric Cantor, R-Va., declaraba al Politico que Obama tendría que escuchar un mensaje de dos palabras de los votantes: «Basta ya».

La Casa Blanca a su vez, se empleó a fondo para asegurarse de que los líderes Republicanos de visita no tenían oportunidad de exponerse a los medios. No se admitieron fotógrafos ni cámaras de televisión en la estancia para el «posado» de costumbre — unos pocos segundos para disparar las cámaras o dejar correr la cinta. Y la ubicación «de emplazamiento» en el acceso del Ala Oeste — el lugar donde los visitantes de la Casa Blanca se dirigen a las cámaras — estaba inhóspito a causa de una flota de excavadoras y hormigoneras que trabajan en un proyecto.

Aún así, los equipos de las cadenas circularon religiosamente por la ubicación escogida durante más de dos horas antes de empezar a caer en la cuenta de que los legisladores les habían dado plantón.

«¿Les viste marcharse?»

«A casa».

«¿Se ha terminado?»

«Eso parece».

«Se acabó antes de empezar».

Sin duda. Boehner, durante su rueda de prensa, no se mostraba especialmente optimista al explicar: «Mantuvimos hoy una reunión muy agradable. Por supuesto, hemos mantenido montones de reuniones agradables. La pregunta es, ¿podemos encontrar terreno común?»

Era más o menos la hora en que Obama iniciaba su declaración rival, que incluía el lamento por «el clima hiperpartidista» en el seno del cual «ambas formaciones se sientan a negociar. Ellos leyeron sus eslóganes. A continuación se marcharon hasta los micrófonos, tratando de aprovechar la actualidad en lugar de resolver problemas». Obama llamó a eso «un juego que no nos podemos permitir».

La declaración sería más convincente si Obama no hubiera contraprogramado la rueda de prensa de sus competidores.


Dana Milbank

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