El sueño de la gran caja de ahorros andaluza murió el día que la BBK se quedó con Cajasur. Por mucho empeño que se pusiese en el objetivo, sin Cajasur el proyecto era algo desvirtuado por completo. Así lo sabían todos los actores implicados, en privado, pese a las declaraciones públicas en sentido contrario. Incluso desde una perspectiva global, la tendencia a cerrar filas en torno a las fronteras de una comunidad autónoma parecía cosa de otros tiempos. Ahora, el mestizaje económico es garantía de crecimiento, mezclando diferentes formas de trabajar para lograr un producto final que beneficie a los más importantes: los clientes.
La jugada de Cajasol, y de su presidente Antonio Pulido, integrará la caja que dirige dentro del SIP Banca Cívica, probablemente la entidad financiera con mejor imagen de nuestro país gracias a su iniciativa para invertir en proyectos sociales que los propios clientes deciden. Con la incorporación de Cajasol, Banca Cívica crece hasta convertirse en la sexta entidad del sector, lo que garantiza su solvencia y el visto bueno del Banco de España. Además, Pulido logra mantener la sede de la nueva fusión fría en Sevilla, además de capacidad de veto en cualquier decisión y, lo que es más importante, una estabilidad para sus empleados que no estaba nada clara en la utópica fusión con Unicaja, debido al más que notable solapamiento de oficinas sobre el terreno. Esto último, con Banca Cívica, no es un problema. Para los jefes de los sindicatos mayoritarios andaluces, de forma increíble, el empleo no parece ser la prioridad en este asunto. Cada uno sabrá a qué juega, y que intereses defiende si no son los de los trabajadores de Cajasol y Unicaja.
El próximo martes se tratará este tema en el Consejo de Administración de Cajasol. Antonio Pulido presentará la única opción posible que tiene la caja para ubicarse en el mapa económico español. Tendrá de su parte un acuerdo que supera con creces en todos los ámbitos cualquier otro que se hubiese firmado con Unicaja, además de la incorporación a un proyecto muy atractivo para los clientes. Cajasol recala en un proyecto donde es bien recibida, y garantiza su futuro y el de Banca Cívica. El sueño de la caja andaluza nunca pasó de eso, y probablemente haya que agradecerle a Pulido que no llegase a convertirse en pesadilla.
Ion Antolín Llorente