jueves, abril 25, 2024
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La letra pequeña de la gran señora de Madrid

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Líbreme el cielo de pretender hacer un retrato de Esperanza Aguirre. De eso ya se encarga ella misma  y sus palmeros. Desde 1983 y con diferentes cargos electos, y otros a dedo,  ha ido pululando por el Ayuntamiento de Madrid –donde llegó a ser Primera Teniente de Alcalde- y hasta Concejala de Medioambiente. Esto es como ofrecer a un pirómano que apague un fuego. Sirva como referencia señalar que, cuando en la primera mitad de los años 90, nos castigó una soberana sequía, en Madrid se seguían regando parques y jardines como si el agua lloviera del Manzanares. Lo único que le interesaba a aquella Concejala de Medioambiente es que el césped estuviera verde y brillante. (Se puede consultar la hemeroteca de la época).

En las “entremedias” se fue trabajando su actual impronta y consiguió ser Senadora –creo que la más votada del país por delante del histórico Juan Barranco-, Ministra de Cultura y Presidenta del Senado. Todo un logro para una mujer en una España machista, no nos engañemos, y por lo que hay que felicitarla.

Pero se le ha olvidado, según parece, su condición de mujer. Lo único que le importa, según parece, es ser Presidenta o Presidente. Cueste lo que cueste.

El caso es que la Presidenta de la Comunidad de Madrid está dando señales  de alarma para los ciudadanos, en general, y para las mujeres, en particular.

Hace poco más de dos semanas arropó a ese “pedófilo confeso” y hoy (por ayer jueves) ha tomado una decisión, cuanto menos, difícil de entender.  Ella, Doña Esperanza Aguirre, Mujer, Concejala, Senadora, Ministra, Presidenta del Senado y Presidenta de la Comunidad de Madrid, ha decidido eliminar –dice que para ahorrar, pero es propaganda y el “chocolate del loro”- 19 entidades públicas y 83 órganos colegiados de la Región. Es, como digo, el “chocolate del loro” porque apenas tiene repercusión presupuestaria. Lo aseguro, es “cero patatero”. Pero es un signo tremendamente preocupante porque, entre los organismos  que ha decidido cargase, se encuentra el Consejo de la Mujer, una Institución que, al menos hasta hoy en la web oficial de la Comunidad, figura que “es una entidad de Derecho Público con personalidad jurídica propia, creado para ofrecer un cauce de libre adhesión que propicie la participación de las mujeres en el desarrollo político, social, económico y cultural de la Comunidad de Madrid, que difunda los valores de igualdad y no discriminación por razón de sexo, fomente el asociacionismo entre las mujeres, actúe como interlocutor válido ante la Administración de la Comunidad de Madrid en lo referente a la problemática de las mujeres y potencie el bienestar y calidad de vida de las mujeres, proponiendo para ello las medidas políticas necesarias a los órganos de la Administración de la Comunidad de Madrid”.

Lo peor es que una decisión de este calado la han querido ocultar de manera deliberada durante una rueda de prensa inusualmente demorada y tras un comunicado de seis páginas, distribuido a los medios a media tarde y en el que la eliminación del Consejo de la Mujer figura, como sin querer, en la línea veintitrés de la tercera página de la nota de prensa.  (En el área de Sanidad, (…) Por último, se extinguen el Consejo de la Mujer y…)  Ya no es la letra pequeña, es la letra minúscula.

Esto es lo que le preocupa la mujer a la Gran Señora de Madrid. Exactamente, un bledo.

Sánchez Dragó debe estar muy contento.

Felicidades a ambos.

Lo están consiguiendo.

Alfonso García

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