sábado, abril 20, 2024
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‘Intelijencia’ y desfile militar

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¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas! Al igual que nuestro ilustre poeta –aunque a millones de años luz de su talento-, pido poder acertar en la denominación idónea para describir algunos de los sucesos acaecidos en el día en que España se hace Hispanidad y el país se hace patria.

Indigna: La actitud de quienes no supieron respetar uno de los actos más íntimos y más sagrados de la liturgia militar, como es el acto de homenaje a los que dieron su vida por España y fueron capaces de profanar el respetuoso silencio con el que debemos honrar a nuestros caídos, aunque muchas veces este gobierno no lo haga y utilice el silencio de la vergüenza en vez del silencio del reconocimiento.

Falacia: La especie difundida por los abundantes terminales mediáticos del gobierno atribuyendo los abucheos y gritos atronadores pidiendo la dimisión de Zapatero -a diferencia de los minoritarios a los que nos hemos referido en Indigna– a grupos organizados de la extrema derecha. Cualquier persona que viviese en directo en la calle los sucesos de ayer lo puede corroborar. La consigna sobre el boicot ultra es una mendacidad autocomplaciente de dimensiones colosales. Desde luego si la extrema derecha es la que solamente grita “¡Zapatero dimisión!” no parece muy extrema.

Incoherente: la postura de un gobierno que afea por extemporánea la protesta ciudadana contra su presidente y pide respeto institucional en una jornada señalada, cuando el propio presidente cuestionado ahora utilizó en su día (en el año 2003) la misma ocasión para ofender sin reparos a la bandera y al pueblo de los Estados Unidos de América so pretexto de manifestar una protesta contra la política de su gobierno a la sazón.

Oportuestalinista: La sugerencia de la Ministra de Defensa sobre la necesidad de modificar el protocolo del Desfile Nacional a fin de evitar la incomodidad del líder supremo. Tal vez la plasmación de esa reordenación podría consistir en trasladar la citada celebración a la fiesta de la UGT en Rodiezmo, pero hoy por hoy ni siquiera eso garantiza que el presidente se vea libre del reproche ciudadano, que al parecer hay que evitar a toda costa.

Ignominia: La consigna propagada por los difusores orgánicos que compara la actitud de los que pedían la dimisión de ZP a gritos –temporánea o extemporáneamente- con el comportamiento habitual de los batasunos en sus algaradas. He visto muchas manifestaciones proetarras y he sido destinatario de sus diatribas en algunas de ellas y les garantizo que no exigen dimisiones. Sí es cierto que piden cabezas, pero no en sentido figurado… La comparación es insostenible en la racionalidad y repugnante en la conciencia.

Estrambote: La explicación que atribuye a una enfermedad del abanderado la ausencia de la enseña de Venezuela entre las de otras naciones que el 12 de octubre conmemoraban al tiempo el segundo centenario de su independencia de España con su compromiso de hermanamiento cultural e histórico en el concepto de la Hispanidad. Mal está que nuestra política exterior practique el apaciguamiento rayano en la sumisión con el gobierno de Hugo Chávez, pero peor aún que lo asumamos con tal complejo de culpa que temamos ofender al caudillo bolivariano incluso cuando tenemos que disculpar sus ofensas y desplantes.

Sincero: el homenaje que las personas congregadas a ambos lados de la principal arteria madrileña tributaron a través de sus aplausos y vítores a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas con motivo de la Fiesta Nacional.

Nación (española): reunión de todos los españoles de ambos hemisferios, libre e independiente, que no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona, en la cual reside esencialmente la Soberanía y a la que pertenece en exclusiva el derecho de establecer sus leyes fundamentales, obligada a proteger por leyes sabias y justas la libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de los individuos que la componen (Del art. 1 de la Constitución española de 1812).

¡Intelijencia, dame

 el nombre exacto de las cosas!

… Que mi palabra sea
la cosa misma
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas…
¡Intelijencia, dame
el nombre exacto, y tuyo
y suyo, y mío, de las cosas!
«

(Juan Ramon Jiménez, Eternidades, 1918)

Juan Carlos Olarra

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