martes, abril 23, 2024
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Golpes en el Aaiún

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Un grupo de miembros de la ONG SáharAcciones han sido golpeados en El Aaiún cuando se manifestaban a favor de los saharauis. Han denunciado, una vez refugiados en la Casa de España, que no sólo por marroquíes exaltados (y azuzados, no tengo duda) sino también por policías. Observo que en España, oficialmente y algo más, se toma esta denuncia –la de la intervención policial, porque los golpes son una evidencia- con una cautela extraordinaria, como algo sólo “presunto”, que ya se verá. Es decir, que no se verá oficialmente por mucho que se reclame. No me parecerían mal las cautelas si se pidiese, seriamente, la oportuna investigación y si las relaciones de buena voluntad tuvieran en  cuenta que Christopher Ross, que no es un militante sino el emisario de la ONU para el Sahara, acaba de denunciar no sólo la actitud de bloqueo del diálogo de Rabat, sino las vulneraciones  de los derechos humanos que sufren los activistas saharauis.

Es ya un lugar común, por evidente y repetido, que el Gobierno, más allá de pretender conflictos con Marruecos, lo que es de esperar, no está dispuesto ni a plantearle públicamente ni lo más elemental del respeto al Derecho Internacional y a las exigencias de la buena vecindad. Ni incluso para defender los derechos de los nacionales, asunto con el que Rabat juega –por decirlo eufemísticamente- cada vez con más frecuencia. Pero España, en el caso del Sahara, no puede olvidarse de sus responsabilidades como antigua potencia colonial incluso más allá de la exigencia de respeto a las indicaciones de la ONU que el Gobierno marroquí desprecia una y otra vez. El abandono de los saharauis, que conecta a estas últimas administraciones con el franquismo moribundo del tiempo de la Marcha Verde, es, además de una vergüenza y una vulneración de nuestras obligaciones internacionales, otro de los asuntos en los que la política oficial española se aleja de sus ciudadanos que, afortunadamente, se sientes solidarios con la antigua colonia y sus ciudadanos.

Así que, si hay que coger con papel de fumar las denuncias de lo ocurrido en El Aaiún estos últimos días –asunto que habría que explicar-, tampoco puede hacerse olvidando el contexto. Claro que hasta el contexto obligaría a cambiar nuestra posición ante Marruecos…

Germán Yanke

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