martes, abril 23, 2024
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Papeles cambiados

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Socialistas y populares se intercambian los roles. Si el PP se atribuye ser el partido que defiende a los trabajadores, Zapatero pone como aval de sus políticas anticrisis que éstas son las que aplican en Europa los gobiernos conservadores. El presidente socialista, cuya persuasión sobre su capacidad ha venido siendo materia de su doctrina política, responde a la diputada Rosa Díez que “seguramente (su Gobierno) es el que menos ha hecho” en la honrosa historia de los 30 años de la democracia española. El presidente exhorta a los adversarios a que “hablen bien” de España en el exterior mientras Rajoy le pide a Merkel que no confunda a España con Zapatero.

Los papeles se mantuvieron alterados en los discursos de la sesión de control, en la mañana en la que el Consejo de Ministros aprobaba una reforma laboral que, entre otras medidas, abarata el despido. Si De la Vega acusaba al PP en su rifirrafe con Soraya Sáenz de Santamaría de “abrazar el marxismo leninismo”, ésta la emprendía contra el Gobierno por lesionar los intereses de los funcionarios y las clases medias en general. La kufiya de María Dolores de Cospedal en un acto político el pasado domingo en Guadalajara, donde afirmó que el PP “es el partido de los trabajadores”, había desatado la ironía. El diputado socialista Álvaro Cuesta mostró su puño en alto en una muestra de jocosidad.

Si Montoro recriminó al Gobierno que no hubiera reforzado el papel de los agentes sociales a lo largo de dos años de una negociación fallida para la reforma laboral, Salgado celebraba la “rectificación” de los populares al dar importancia a “las mismas instituciones” que Rajoy “quería dejar sin aportaciones en el Presupuesto”. Montoro recordaba que tal compromiso (el del pacto social) era vinculante para el Gobierno y su presidente.

Después Salgado “renunciaba” a que Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo del PP, comprendiera las cuentas públicas. Y sobre su petición de explicaciones acerca de la desproporción en el ajuste fiscal en autonomías y ayuntamientos respecto del correspondiente al Estado, la vicepresidenta le daba la “bienvenida” a la defensa de las autonomías.

El intercambio de ironías sólo se calmó fugazmente con la intervención de la popular Lourdes Méndez, quien se aplicó en argumentar con fundamento su crítica al Gobierno sobre el “uso propagandístico” del Estado de Bienestar. La diputada por Murcia pronunció un rotundo discurso aunque la ministra de Sanidad no fuera (por merecimiento) la destinataria de la andanada.

Fuera del Congreso, Salgado reiteraba su negación sobre la previsión de un rescate financiero de España por parte del FMI o de la Unión Europea, como divulgaron días pasados dos periódicos alemanes. Horas después se anunciaba el encuentro el viernes en Madrid de Zapatero con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn. El resultado del Mundial no ayudó mucho. Los titulares de la prensa internacional deportiva: “Oh, Dios mío, España ha caído…” -decía una cabecera-, parecían tener un doble sentido.

Chelo Aparicio

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