El director de la CIA Leon Panetta cuenta con un nuevo trofeo en el haber de su despacho en la séptima planta de Langley: es la espoleta de un proyectil de fabricación china que ayudó a desactivar (con un técnico de la CIA siguiendo estrechamente el proceso) durante una visita a una base de instrucción de la agencia.
Es una buena metáfora del propio Panetta al cumplirse los 14 meses como director de la CIA. Ha desactivado un buen número de explosivos que amenazaban con volar por los aires lo poco que le quedaba de credibilidad a la agencia, y en el proceso ha centrado a la CIA en el cumplimiento de los objetivos.
Panetta fue una elección polémica porque su experiencia se daba en política, más que en Inteligencia. Pero ese iniciado de Washington era justo lo que más necesitaba la asediada agencia. Panetta influenció a la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi después de que acusara de mentir a los agentes de la CIA, y discretamente se impuso. Los congresistas demócratas han moderado el tono de sus críticas salvajes a la CIA, reconociendo que Panetta está implementando las políticas marcadas por el presidente Obama.
Panetta también desactivó la bomba de relojería que era la reorganización de la Inteligencia. Cuando el almirante Dennis Blair, director de Inteligencia Nacional, trató de hacer valer su autoridad sobre las operaciones de la CIA, Panetta elevó su protesta a la Casa Blanca. Se quejó de no poder trabajar bajo esa circunstancia, y de que Blair debía tener tanto peso en las operaciones de la CIA como en las del FBI. También ganó ese enfrentamiento. Blair se centra ahora en su principal reto de coordinar la dispersa esfera de la Inteligencia.
La sorpresa de Panetta es la agresividad con la que el ex congresista demócrata viene librando la guerra contra Al Qaeda. Un funcionario describe la campaña de los Predator encaminada a asesinar selectivamente a líderes de Al Qaeda y los talibanes como «la operación más agresiva de la historia de la agencia». El ritmo se ha acelerado hasta las dos o tres operaciones semanales, un incremento de casi cuatro órdenes con respecto a los años George W. Bush.
Para recabar Inteligencia útil para los ataques Predator, la agencia está manejando fuentes clandestinas dentro de Pakistán y sobornando a los líderes tribales a ambos lados de la frontera. Los activos de la agencia no están impolutos en absoluto: son antiguos terroristas que han decidido cambiar de bando. Y Panetta tiene autoridad para ordenar a los Predator que golpeen objetivos «insignia», entendiendo vehículos o ubicaciones de formación relacionadas con conocidos agentes de Al Qaeda.
Con la CIA presionando a Al Qaeda en las zonas tribales de Pakistán, existe el peligro de que los terroristas escapen a nuevos refugios. De manera que Panetta está intensificando las operaciones en Yemen, Somalia y el norte del África subsahariana. Y la agencia mantiene un destacamento numeroso en Iraq al mismo tiempo incluso que el ejército estadounidense se está retirando, recabando información para el ejército iraquí para ubicar a los mil guerrilleros de Al Qaeda que siguen presentes.
Irán podría ser el mayor quebradero de cabeza de Panetta. La agencia trata de reclutar más activos dentro de Irán, y encabeza algunas operaciones encaminadas a alterar la capacidad nuclear de Irán. Pero la agencia no tiene (y no quiere tener) la autoridad para lanzar operaciones letales de sabotaje, del tipo que los israelíes parecen estar llevando a cabo. Los analistas de la CIA creen que el ataque militar frontal a Irán por parte de Estados Unidos o Israel sólo ayudaría al régimen.
Panetta deja su sello en la agencia este mes eligiendo a su propio director en funciones, Michael Morell, de 51 años, en sustitución de Stephen Kappes, un respetado asesor vocacional que ejerció de asesor de operaciones de Panetta. Morell es un veterano de la CIA con 30 años de experiencia, pero sale del ramo analítico de la casa. Esto debería dar más cancha al servicio de operaciones clandestinas. Hijo de un trabajador del automóvil de Akron, Morell desafía el estereotipo inmaculado de sobradamente preparado de la CIA; otro punto a su favor.
La principal prioridad de Morell será pulir la colaboración entre analistas y agentes, lo que está dando ya sus frutos. Por poner dos ejemplos: las instalaciones iraníes secretas de enriquecimiento de Qom fueron descubiertas gracias a una pista de un confidente, pasando entonces los analistas a poner a las fuentes sobre la pista de dónde buscar; y el reactor nuclear secreto de Siria fue encontrado en el 2007 después de que los analistas estudiaran fragmentos sospechosos de conversaciones intervenidas y avisaran a la división de operaciones para buscar indicios.
Panetta planea poner en contacto a la plantilla el lunes con su plan a cinco años para la agencia: contará con una plantilla más variada con mejor formación idiomática; más agentes de paisano capaces de infiltrarse en objetivos difíciles; y nuevas tecnologías para tamizar la avalancha de datos, como la «búsqueda inteligente» capaz de aprender de lo que los analistas piden examinar.
Otro de los trofeos en el despacho de Panetta es una figura de un vaquero del salvaje oeste abatido del caballo. Sorprendentemente, dada la confusión que rodeaba a la CIA cuando llegó, Panetta parece estos días bastante seguro montando.
© 2010, The Washington Post Writers Group
David Ignatius