Dice Mariano Rajoy, experto en evadir conflictos, que cuando Jaime Mayor Oreja habla de terrorismo «hay que escucharle»; que él siempre lo hace porque fue un «extraordinario ministro de Interior». Al coro se apunta José María Aznar, presidente de honor del PP, que defiende que su querido Mayor tiene más razón que un santo cuando dice, contra toda evidencia, que el Gobierno está negociando con ETA al mismo tiempo que descabeza a la banda cada pocos meses. Aún más: que el Gobierno no sólo no negocia con ETA sino que es un «aliado potencial» del grupo terrorista, que algo hará después para ayudarle a ganar las elecciones. Casi nada.
Si Jaime Mayor Oreja no fuese el líder del PP en el Europarlamento, hace tiempo que habría que hacer el mismo caso a sus palabras que a las de cualquier otro peón negro. Pero resulta que hoy en Europa, en la colaboración entre España, Francia y ahora también Portugal, es donde se juega gran parte de la batalla por la derrota de ETA. Así que, por esta vez, no vale hacer oídos sordos ante el exabrupto de Mayor Oreja, por mucho que en España se pueden decir barbaridades de este calibre casi a diario sin que nunca pase nada.
La doctrina Mayor Oreja no es nueva. Es la misma que defiende en su discurso desde hace mucho tiempo. Lo que sí que ha cambiado en el último año es que en Euskadi gobierna un lehendakari socialista -aliado potencial de ETA, no lo olvidemos- con el apoyo del mismo Partido Popular donde milita el mismísimo Jaime Mayor Oreja. Es decir, que el PP es aliado del aliado potencial de ETA.
Ante tan evidente contradicción lógica, sólo nos quedan tres alternativas.
La primera: que Mayor Oreja es también un aliado potencial de ETA, un agente doble que siembra este tipo de discursos precisamente para debilitar España y que Europa no ayude en la lucha antiterrorista.
La segunda: que Mayor Oreja es un cínico, porque a renglón siguiente de tan duras acusaciones no abandona el PP y entrega su acta de diputado, que es lo que haría alguien de firmes principios morales que estuviese seguro de que su partido es aliado de un potencial aliado terrorista.
La tercera: que Mayor Oreja es un hipócrita, y sólo dice estas cosas que sabe falsas porque quiere mantenerse a la cabeza de una parroquia pequeña y agradecida, la de la ultraderecha que habita dentro del PP.
En cualquiera de las tres opciones, se confirma la mayor: Mariano Rajoy prefiere tener un aliado potencial de ETA, un cínico o un hipócrita con tal de no tener una bronca interna. Así es la paz mariana.
Ignacio Escolar