La Liga española necesitará reforma profunda si no queremos que acabe convirtiéndose en un torneo detestable. De momento, parece que solamente dos clubes pueden alcanzar el titulo de Liga. Hoy y mañana. Actualmente, la tabla clasificatoria presenta las mayores desigualdades del continente.
Entre el líder y el tercer clasificado hay dieciocho puntos de diferencia. Entre éste y el cuarto, la última plaza de Liga de Campeones, seis. El quinto aspirante a plaza de la élite continental tiene ocho puntos de desventaja. Tal y como se está desarrollando el campeonato, únicamente pueden ser campeones Barça y Madrid. El Valencia ya está a distancia prácticamente imposible de superar.
La distancia qué separa al líder del último clasificado es de 52 puntos. Es como si jugaran en divisiones diferentes. Tales diferencias no existen en otras ligas europeas, las que pueden asemejarse a la española en presupuestos y posesión de grandes jugadores.
En Inglaterra pueden ser campeones Manchester United, Arsenal y Chelsea y las distancias entre sus perseguidores no son tan exageradas. En Italia, la Liga está entre Inter, Milán y Roma y el grupo perseguidor está más junto en la tabla.
En Alemania también son tres los aspirantes, Bayern Munich, Schalke 04 y Bayer Leverkusen y, como en el ejemplo anterior, tampoco hay grandes abismos. Los franceses mantienen a Girondins de Burdeos en cabeza empatado con el Montpellier y con un punto más que el Auxerre. El sexto, Olimpique de Marsella, está a sólo seis puntos del líder.
Otro dato español desalentador es el número de campeones que ha habido. Es inferior al de otros países y de seguir así no volverán a tocar madre.
Julián García Candau