viernes, marzo 29, 2024
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El (¿mayor?) lío del PP

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Que Mayor Oreja ha metido en un lío a su propio partido es una evidencia. Más incluso que al Gobierno que sabe que el efecto de sus palabras en la opinión pública no llega más allá que a subrayar el enconamiento de lo que ya estaban enconados con él en torno a unos «principios generales» y no a las políticas concretas. Incluso le viene bien al Gobierno ante los enfadados con Rodríguez Zapatero por su acción de gobierno y no por un mandato ideológico. El ex ministro ya había dicho que no podía creer lo que le dijera un socialista, al parece incluso si le diera la razón, y, reconvertidas sus recientes palabras sobre una supuesta negociación con ETA, pierden intensidad, son cosas que se desprenden de un estado psicológico más que de los hecho.

Como en los hechos está la cuestión el lío está en el PP, y no es el primero ya que la desconfianza de Mayor Oreja, recordémoslo, afectó hace no mucho a Mariano Rajoy y a los nuevos dirigentes de su partido. Es cierto que se disipó por razones de una lógica y una altura intelectual impresionante (le eligieron para encabezar la lista al Parlamento Europeo), pero el recelo y la desconfianza fueron públicos. El PP, con su desistimiento y el abandono de los valores, colaboraba, como se recordará, a lo que ahora reprocha al Gobierno del PSOE. El lío de todo esto cae, como se está viendo, del lado del partido del ex ministro que, encantado con ello, con ser de nuevo el valedor de algo, insiste una y otra vez.

El PP, ante la avalancha, trata de caminar entre dos aguas: que si hay que escuchar a Mayor siempre pero no tiene pruebas de que el PSOE haya tirado por tierra su «rectificación», que si también ellos desconfían del presidente o del lehendakari, que si, como ya se sabe, es la respetable «opinión» del ex ministro que no tiene por qué coincidir con la del partido. Y eso ya es demasiado. Una opinión es un juicio sobre algo (me parece bien o mal lo que el Gobierno hace, por ejemplo), pero no lo puede ser la manifestación de un hecho (el Gobierno está haciendo esto). No se trata, por tanto, de una opinión de Mayor Oreja, sino de una declaración que si está basada en pruebas es verdadera y, si no, es falsa.

Los hechos son el tema -y el problema- del PP. Sus cuitas internas con el ex ministro, su confianza o desconfianza, el miedo que le tenga o el modo en que le escuchen, es tema menor. También lo era cuando Mayor Oreja no confiaba en Rajoy y en lo que pudiera hacer ante ETA. La cuestión son los hechos. ¿De cuáles tiene constancia el PP? ¿Qué sabe Rajoy? ¿De qué se ha informado a Trillo en Interior? ¿Se está persiguiendo a ETA y su entorno? ¿Es adecuada en esta materia la política del Gobierno vasco que apoya (aunque no lo apoye Mayor)? El lío, el que ha montado el ex ministro ante los que no tenía previamente convencidos de su infalibilidad, es suyo. Del PP.

Germán Yanke

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