viernes, marzo 29, 2024
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Plan de choque

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Resultaba ciertamente sospechoso que el Gobierno, en su hipotética oferta de pacto para luchar contra la crisis económica, no incluyera -o lo hiciera de modo tan vacuo como tangencial- los asuntos mollares. Sobre el déficit, el Gobierno informa de sus decisiones como si a estas alturas no se supiera ya que son fruto del desconcierto. No puede ser de otro modo cuando hace apenas tres meses se incrementó el Presupuesto en más de lo que ahora, como gran medida de choque, se quiere reducir. Sobre la necesaria reforma del sistema financiero, sólo las líneas del ICO, como si no estuviéramos -o quedara fuera de los pactos cosméticos- ante un gravísimo problema en las cajas de ahorro y en los activos inmobiliarios de muchas entidades financieras. Ha sido, hasta que llegaron noticias de Cuba y Venezuela, la gran representación teatral de nuestra política, la más llamativa y la más vacía de contenido serio.

El PP, afortunadamente, se ha dado cuenta de que la espera estratégica a que se viniera abajo el Gobierno era un doble error. De un lado, le alejaba de muchos votantes no convencidos previamente que esperan una alternativa seria. De otro, es evidente que el Gobierno, con la murga del pacto bien aireada retóricamente, había encontrado una suerte de salvavidas estratégico: aunque no fuese cierto, eran los otros, los del PP, los que ni arrimaban el hombro ni hacían propuestas. Se lo tomaron tan a pecho, desde luego, que, al no ocuparse en que la oferta retórica de pacto fuese concreta y seria, la oposición le ha cogido con el pie cambiado.

El documento contra la crisis del PP es más serio, más concreto, y más próximo al fondo de los problemas que el entregado por el Gobierno a los portavoces parlamentarios. El camino de insistir en un plan concreto y doloroso llamado con acierto «de choque» es el adecuado, aunque no necesita atajos llamativos y «rebeliones» populistas. Ahora es al Gobierno al que corresponde demostrar que desea el acuerdo y no la imposición o la pasividad. Y si está dispuesto a hacer lo que es evidente que debe hacer.

Germán Yanke

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