jueves, abril 25, 2024
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José Mujica, presidente del Uruguay

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El lunes 1 de marzo asumió José Mujica la presidencia del Uruguay; es ya quinto desde el retorno a la democracia, tras Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Luis Alberto Lacalle (1990-1995), Jorge Batlle (2000-2005) y Tabaré Vázquez (2005-2010).

El ancien guerrillero de los Tupamaros, tras los años de violencia en tiempos de democracia, de cárcel y, al regreso a la democracia, de militancia política en la coalición política Frente Amplio, ha alcanzado la más alta distinción a los 74 años de edad. Por si fuera poco, y no menos llamativo, le tomó el juramento su esposa, la ex guerrillera Lucía Topolansky, también «tupamara» y ahora senadora, y hasta ayer presidente de la Asamblea General, que ahora ha pasado a manos del vicepresidente, quien también juró luego de Mujica, Danilo Astori. Baste recordar que en el Uruguay no hay reelección presidencial, y debe dejarse transcurrir un periodo para postularse nuevamente. Sólo han repetido dos presidentes en la historia del Uruguay: José Batlle y Ordóñez y Julio María Sanguinetti.

José Mujica fue arropado por numerosos visitantes del extranjero, a los que agradeció especialmente su presencia («testigos de la renovación del poder», dijo) en nombre de todos los uruguayos, entre ellos, el Príncipe de Asturias, la secretaria de Estado Hillary Clinton, los mandatarios de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; del Brasil, Lula da Silva; de Colombia, Álvaro Uribe; de Bolivia, Evo Morales; de Ecuador, Correa; de Paraguay, Lugo, y el venezolano Hugo Chávez.

José Mujica fue diputado y senador y se desempeñó, asimismo, durante tres años, como ministro de Ganadería. Tras vencer en las internas del Frente Amplio, enfrentó al liberal ex presidente Lacalle, al que derrotó en el ballotage el pasado 29 de noviembre. Sin descanso, desde diciembre, mantuvo constantes reuniones con empresarios, sindicalistas y con otros presidentes. Así, hasta que, finalmente, juró ante la Asamblea General y, más tarde, recibió la Banda Presidencial del saliente Tabaré Vázquez.

José Mujica, ajeno a todo protocolo, ha apelado siempre a un lenguaje muy directo y con juegos de palabras muy populares, que le ha permitido conectar con sus seguidores de manera rápida. Diferente a sus predecesores (Julio Sanguinetti, Luis Lacalle y Jorge Batlle, abogados, y al médico Tabaré Vázquez), ahora ante él se abre un horizonte al que procuró dibujar a través de un discurso ante la Asamblea General (de 35 minutos) donde señaló que buscaría el «diálogo, la concertación y la convergencia». Dijo que «las batallas por el todo o nada son la mejor manera de que nada cambie», señaló que quería una «vida política serena» y destacó que el Uruguay tiene, en este sentido, «hermosas tradiciones». Respecto de su propia coalición política, admitió en su discurso que «descubrimos que gobernar es más difícil de lo que pensábamos». Y acto seguido -fue a lo más esperado-, los temas esenciales de su gobierno, y destacó que sus prioridades son: la educación, el medio ambiente, la energía y la seguridad pública. Señaló que aspira a que el Uruguay sea un país «agro/inteligente», y que sea, asimismo, «un buen lugar para invertir y para vivir». Finalmente, afirmó que los cambios que procuraría los haría «con todos y por todos».

Fue, pues, este 1 de marzo, para el Uruguay, un día muy señalado: José Mujica juró la Constitución (que violó hace muchos años) y el Uruguay liberal de hoy ha recibido su compromiso con respeto humano y cívico, y la seguridad de que tendrá un presidente de cuya buena intención no se duda. Cabe desearle la mejor gestión en el ejercicio de la presidencia.

Rubén Loza Aguerrebere

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