martes, abril 23, 2024
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Estilismos a él

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Mariano Rajoy ha vuelto a decir al gremio de los estilistas que no está dispuesto a afeitarse la barba. Le entrevistaban en televisión y los programas matinales tienen estas cosas. En cuanto se descuidan los políticos sale un personal shopper o un peluquero desatado para comentar tres o cuatro imágenes recién sacadas del ordenador. Suelen ser montajes poco logrados, pero da igual. El líder del PP ha respondido que no cree que las elecciones se ganen «por la cara», que unas generales no dependen de una cosa así.

Rajoy bromea a menudo sobre su fealdad y dice que tiene «difícil arreglo», pero es muy habitual que las señoras le griten «guapo» cuando el espíritu del PP las transporta. Él pone entonces una cara mezcla de cachondeo y agradecimiento. No es un hombre de mirarse mucho al espejo y le traen al pairo los asesores de imagen. Es de los de ir aseado y vestido con traje y corbata clásicos. Ni nuevos peinados ni tomaduras de pelo. Su barba es intocable porque tiene en la cara algunas cicatrices a raíz de un grave accidente de coche. Dice que la dejó como «un mapa». Tenía entonces veintipocos años y circulaba por carreteras gallegas junto a un amigo. El caso es que empezó a dejársela para tapar esas secuelas y se ve mucho mejor así. Sólo se la quitó una vez, en 1996, y se ve que tuvo bastante.

Es conocida una foto suya en el torneo de tenis de Conde de Godó. Estaba sentado departiendo con el todo Barcelona y los fotoperiodistas retrataron sus calcetines tan rozados por los mocasines que los dos talones clareaban demasiado. Su mujer le debió comprar entonces veinte pares porque no lo han vuelto a pillar. También ha negado que se tiña el pelo, un tema de conversación de altura para los periodistas que siguen al PP cuando hay que entretenerse en los ratos muertos.

Los asesores de imagen no sacarán nada de él. Rajoy prefiere ser educado y, si está relajado, practicar su retranca para hacer que los demás se sientan cómodos. Es de sofá, copa (poca) y puros (algunos). Y mantener una conversación pausada sobre deporte, libros y política. En ese orden. Una vez, a la pregunta de si practicaba algo de ejercicio, me contestó que los fines de semana le gusta dar un buen paseo para comprar los churros del desayuno.

Luz Sanchis

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