El Barça no tuvo enemigo en el Racing de Santander, el sábado en el Camp Nou. El Real Madrid, en el Bernabéu, con el Villarreal, tampoco. Los cántabros acudieron con bajas notables como la de Munitis. El Villarreal lo hizo con un equipo de circunstancias y pagó cara su fragilidad.
En Barcelona se temía que el equipo, después de la derrota en el Vicente Calderón, y la plaga de lesiones que padece, tuviera complicaciones incluso ante un equipo teóricamente más débil como el Racing. No hubo tal.
Marcó primero Iniesta y hasta lo hizo Tiago Alcántara, canterano que tuvo su oportunidad. En la goleada, el equipo barcelonés acabó poniendo sobre el césped a nueve miembros de La Masía. Es su lujo y la virtud de la que puede presumir el club. Una semana más mantuvo el liderato.
El Villarreal llegó sin ninguno de sus dos centrales titulares. Marcano volvió a dar facilidades y finalmente fue sustituido para que Bruno, centrocampista, ocupara la plaza. Aunque el equipo luchó y batió dos veces a Casillas, por su debilidad en la contención recibió goleada humillante.
Al Madrid le bastó la rapidez en el contragolpe para pillar desprevenida a la zaga amarilla. Dos penaltis posibilitaron la media docena de goles. Esta vez el equipo se sacó la espina de la derrota en Lyon y el entrenador, Manuel Pellegrini, parece que tendrá una semana de calma aunque hay quienes están empeñados en pedir su destitución.
El Barça lo tuvo fácil contra el Racing y el Madrid se encontró al Villarreal más débil de cuantos ha tenido enfrente. El triunfo de ambos mantiene la diferencia de dos puntos a favor de los azulgrana. El mano a mano sigue.
Julián García Candau